Me perdonará mi papá que siempre tiene la esperanza de que me cuadre con un guapo. Me perdonará mi mamá que se derrite por los novios de mis amigas. Me perdonarán mis ex novios si los ofendo. Me perdonarán mis amigas por todas esas imágenes que nos compartimos de hombres guapos y buenos, me perdonarán todos pero yo me quedo con los feos.
Me gustan los hombres feos, tengo que admitirlo. No voy a mentir y a decir que no me volteo en la calle a mirar a cualquier alto con barba que vaya caminando y tampoco voy a decir que no hago ojitos en los bares con quienes son más guapos, pero a la hora de entablar una relación no me atrae lo físico. Tal vez funcione a primera instancia y de primera impresión sean positivos los ojos bonitos, la barba tupida, la nariz perfilada… pero no me bastan las medidas perfectas ni la cara linda que a la hora de la verdad, después de un tiempo, termina cansando.
Yo me quedo con los feos porque los guapos siempre andan haciendo problema por todo, me quedo con los feos porque comen cualquier cosa después de salir de la rumba (y haber bebido cualquier cosa) en cambio con los bonitos le toca a uno estar mirando qué restaurante es mejor. Los lindos se complican, se crecen, se ensalzan, los feos en cambio se apuntan a cualquier plan, charlan bueno, enredan, echan chistes, le llegan a la casa, lo recogen, lo invitan y lo vuelven a dejar. Son buenísimos para conversar, para trasnochar y pagan el taxi después de una noche de diversión. Si se quedan en la casa, hacen desayuno, masajes y hasta dejan la loza lavada. Los feos son mejores conquistando, levantan con la palabra, les toca piropear, usar la imaginación.
Puede que hayan hombres que me atraigan por su físico pero no me seducen ni me son útiles sus atributos. Yo no sé si a todas las mujeres, pero puedo decir a ciencia cierta que soy de las que prefiere las mentes, la inteligencia, las ideas, la compasión, la creatividad. Me seducen una cara y un cuerpo cuando veo que hay detrás una mente que los mueve, unas ideas que vale la pena conocer, una personalidad para admirar, poseer, imitar, luchar contra ella, darse por vencido, detestar, volver a admirar, negociar, cambiar, aplicar.
Los lindos tienen complejos de modelos, creen que uno tiene que estar igual de linda que ellos, los lindos quedan mejor en las fotos que uno, los lindos son los protagonistas. Los feos son caballeros, encantadores, ponen en las vacas, son toderos, parchados, disfrutan la empanada con ají, la lechona, el sancocho, la mazorca, comen de todo y eso los hace lindos.
Los feos hacen parecer divertido hasta un entierro, saben de mecánica, son más inteligentes porque saben que les toca estudiar porque de belleza no viven. Lo tratan a uno mejor, los feos caen bien en los parches porque ningún hombre se siente intimidado, tienen mejor personalidad y hasta son mejores polvos. Los feos fuman y beben guaro, ron, vodka, cerveza o lo que haya. Los feos son descomplicados, orinan en la calle, se sientan en el suelo, se ensucian la ropa, a los lindos les preocupa dañar los Calvin Klein y el jean Levi’s.
Los lindos son una amenaza, hay que estarlos cuidando porque hay mil mujeres detrás de ellos. Los feos son amigos de todo el mundo y novios sólo de una. Los feos cargan el bolso de la U y las bolsas del mercado, los feos cargan las bolsas de las boutiques y a veces hasta pagan lo que hay adentro.
Los feos son relajados, los lindos son dramáticos. Uno con los feos repite, con los bonitos no, esos no soportan un desplante. Los feos roban los besos y conquistan, los lindos los piden (¡HORROR!). Los lindos son ingratos y lo cambian a uno por cualquier otra bonita y hueca como ellos. Los lindos son inestables, inseguros, son convencidos, suelen no estar seguros de las relaciones, nunca pagan, quieren ser el centro de la relación, nos ponen de mal genio, nos hacen ser celosas, nos estresan, nos envejecen. Los feos, en cambio, aportan, son excelente compañía, charlan rico, disfrutan las cosas elementales y bonitas de la vida, son inmejorables compañeros de trabajo, son confiables y tienen excelente sentido del humor.
Me perdonará todo el mundo pero la respuesta a la pregunta ‘¿Qué es lo que más te gusta de un hombre?’ no son atributos físicos, por el contrario, le quito la vanidad al asunto y le pongo sentido común: que sepa charlar, que sea todero, que sea increíble y que sea feo, a todas estas la linda de la relación quiero ser yo. Cambio a mil hombres lindos por uno feo, a lo mejor no luzcan increíbles y no sean la sensación en los centros comerciales; pero si yo quisiera despertar la envidia de todas las mujeres, mejor me compro un bolso Michael Kors y unos zapatos Valentino.
