Al preguntarle a periodistas, a la Fiscalía y a organizaciones de prensa sobre el caso del periodista Leónidas González, quien fue asesinado el 27 de febrero de 2017, siempre reina un manto de duda, un deseo de escaparle al tema y cierto aire de misterio que nadie pretende ni desea esclarecer.
Los familiares de Leónidas nos comentaron que tres meses luego del homicidio Medicina Legal exhumó el cadáver y que hasta el momento todavía no les han querido entregar el dictamen acerca de las posibles causas del homicidio; que es la única certeza que hay al respecto.
Las versiones extraoficiales que se manejaron sobre el occiso es que al estar investigando los asesinatos de líderes afrodescendientes en el municipio de Bello, en Antioquia, los presuntos agresores fueron los Chata y los Pachelly, asociados con el Cártel de Sinaloa, quienes habrían aplicado “la batea” al comunicador; es decir, un asesinato con saña sobre su cuerpo con una golpiza por medio de un bate de béisbol.
Según la FLIP el asesinato es consecuencia de algunos problemas personales, por lo cual esta organización de la libertad de prensa no quiso seguir investigando el asunto. Por su parte, la Fiscalía no me quiso responder y aseguró que, por ahora, toda la información estaría bajo reserva, y en esto tienen toda la razón, porque a los familiares de Leonidas González no les han querido entregar el dictamen.
La organización ACORD (Asociación Colombiana de Redactores Deportivos), en la cual el periodista estaba registrado, pues era su principal énfasis en la profesión, manifestó que no se sabe nada más acerca de la muerte del periodista. Punto.
Un colega solo se animó a decir en tono bajo: “Hemano, al negrito lo mataron las mafias tan grandes que hay acá, si las organizaciones que tienen el poder para investigar ese hecho no lo hacen ¿qué podemos hacer nosotros?”.
El silencio, la indolencia y la impunidad son los vicios que nos rodean, por eso tanta injusticia y tanta perpetuación del miedo para que quienes se benefician de estos crímenes nos puedan seguir manejando por medio de los hilos del poder. Ojalá esto no sea un saludo a la bandera y la justicia alguna vez haga honor a su nombre en este país.
