El pueblo venezolano se enfrenta a la organización criminal más grande que ha conocido la humanidad en todos los tiempos, que indiscutiblemente es el marxismo leninismo, que para Latinoamérica se maquilla con el socialismo del siglo XXl, también conocido con el remoquete de castrochavismo, por eso son gestas heroicas realizadas por los ciudadanos de la patria de Bolívar, el plebiscito del 16 de julio que convocó a 7,6 millones de personas y el Paro cívico del 20 de julio; lo cual puede constituirse en el comienzo del fin del régimen de Nicolás Maduro, no obstante la asesoría de los servicios de inteligencia del colonialismo cubano y, la brutal represión de la camarilla chavista en contra de las masas que dejan un saldo de 115 muertos y cientos de detenidos y heridos.
Hugo Chávez en su desquiciamiento burocrático y totalitario, para convertirse en emperador latinoamericano, convirtió a Venezuela en una colonia cubana, recibiendo como contraprestación la asesoría del sátrapa de Fidel Castro, buscando cumplir sus sueños de grandeza enfermiza, con lo que Venezuela ha sido hollada y ultrajada en su dignidad por las hordas cubanas, que han estado al frente de la represión en contra de las protestas, siguiendo el mismo libreto con el que han avasallado a los isleños.
Es extraño que mientras que en el 2003 se cayó el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en Bolivia, por unas protestas de pocos días que dejó algunos muertos, el dictador Maduro en Venezuela como responsable de 115 asesinatos en más de 100 días de protestas, todavía no se ha caído, lo que demuestra que los seguidores de la secta marxista son bastante efectistas y oportunistas para derrocar gobiernos que le son adversos, mientras que los demócratas son mesurados y civilistas, pero en la lucha por la libertada y la democracia no hay que desfallecer.
Maduro junto a su pandilla busca perpetuar el régimen con el sainete de la Asamblea Nacional Constituyente convocada para el 30 de julio, sin embargo la oposición venezolana se ha consolidado en la lucha de calle, con lo que la tramoya chavista pierde razón de ser política, social, económica y hasta militar; en el entendido de que el éxito del plebiscito del 16 de julio prácticamente arrinconó al gobierno chavista y el boicot a las pretensiones hegemonistas castrochavistas con la Asamblea Nacional Constituyente debe de ser absoluto, por lo que la MUD(mesa de la unidad democrática) al establecer un gobierno alternativo estaría dando un paso trascendental para defenestrar al socialismo del siglo XXl en Venezuela.
Con la formación del gobierno alternativo por parte de la MUD, se crea en Venezuela una dualidad de poder que inexorablemente llevaría a la debacle del gobierno de Maduro, sin desconocer que la pandilla castrochavista podría dar un coletazo con un autogolpe similar al del 11 de abril de 2002 con el que Hugo Chávez identificó a militares hostiles a su régimen, trampa en la que cayeron varios demócratas y que fue diseñada por el tirano de Fidel Castro para consolidar el sistema neocomunista en Venezuela, por ello hay que tener capacidad de discernimiento en las actuales circunstancias para no cometer equivocaciones, pues lo que está en juego en la nación hermana es la democracia.
La Administración norteamericano de Donald Trump, anunció sanciones al gobierno venezolano en caso de que se lleve a cabo la elección de la espuria e ilegitima Asamblea Nacional Constituyente, que claramente seria no comprarle más petróleo a Venezuela, ya que la renta del crudo que provienen de las exportaciones a USA es la que sostiene al país vecino casi en su totalidad, y si EE.UU. no le compra petróleo la situación será de una gran calamidad como lo hemos comentado en anteriores columnas.
Así que ha llegado el momento de liberar a la hermana república de Venezuela del comunismo totalitario, para no terminar como le ocurrió a Etiopia en África con el dictador marxistateniente coronel Megista Haile Marian quien en la década de los ochenta del siglo pasado, era apoyado por el imperio soviético y Fidel Castro, y recibió ayuda de los países occidentales por las hambrunas en esa nación y de manera perversa utilizó esos recursos como medio de presión sobre el pueblo que lo repudiaba, de ahí que salvar a Venezuela del comunismo debe ser la consigna solidaria de los pueblos hermanos, porque una condición necesaria de las dictaduras marxistas leninistas para perpetuarse en el poder es la miseria de las masas, y eso hay que evitarlo a toda costa aplastando al castrochavismo.
Desde todo el continente americano se tiene que respaldar la hoja de ruta que está impulsado la oposición venezolana para alcanzar su verdadera segunda independencia, expulsando al colonialismo cubano, quebrantando al socialismo del siglo XXl y construyendo la democracia y la libertad que deben de ser el arjé de un Estado moderno y civilizado.