En estos días de lluvia bogotana, mientras muchos no tienen trabajo y otros esperan un sueldo miserable por hacer algo que odian, no hay nada mejor para desestresarse que montar en Transmilenio. Ese bus largo, rojo, y a veces dañado, refleja a la perfección el estado en el que nuestra sociedad se encuentra.
¿Usted tiene el corazón roto? No se preocupe, ya que Transmilenio se lo repara con materiales de la mejor calidad. Esos mismos que se usaron para arreglar la Avenida Caracas. Así que su trabajo es el siguiente: consiga la tarjeta que necesite. Este gran servicio le ofrece una variedad de colores: verde, rojo, azul, y algunas más. Y ahora prepárese, porque lo que conseguirá al entrar al sistema será inolvidable: caras felices, saludos amables, sonrisas y un viaje más que placentero.
El sistema se preocupa por darles a sus clientes una experiencia maravillosa, especialmente en horas pico. Para aquellos solteros que sienten que ninguna mujer los va a voltear a mirar ¡tranquilos! Ya que el sistema está adecuado para que el contacto físico, en particular, sea grande. Esto con el fin de que los usuarios interactúen entre ellos… ¿Quién quita que usted encuentre al amor de su vida, mientras está esperando su ruta un día viernes en la estación de la Calle 63 a las 7pm?
Además de transportarlo por la ciudad, Transmilenio se encarga de que los ciudadanos conozcan experiencias de vida con trasfondos interesantes. Así que, si usted no va a la Iglesia, no se altere, puesto que el sistema dispone de individuos encargados de llevar la alabanza a cada articulado, de dar el sermón y, obviamente, de cobrar. Y si lo suyo no es la religión sino la política, no hay problema, dado que también hay personas que dedican su tiempo para compartir temas sociales fuertes como el desplazamiento forzado y el conflicto armado, pero ojo, si no les retribuye monetariamente, corre el riesgo de ser abucheado.
Lo interesante de este servicio, es que rompe radicalmente con la estructura de lo que se supone debe ser un medio de transporte. Por ejemplo, dentro de los sistemas no se pueden vender alimentos, pero eso no importa, porque Trasmilenio sí entiende la situación de desempleo de nuestro país y permite que las personas ofrezcan sus productos. En los articulados están prohibidas las expresiones artísticas, sin embargo, el sistema rescata y tiene en cuenta a raperos, guitarristas y cantantes, que amenizan los viajes con sus melodías.
Recientemente, salió a la luz un vídeo en el que una gran cantidad de usuarios hacía fila para colarse al sistema. Esa es otra ventaja de Transmilenio, la pedagogía. Sus usuarios reciben clases de cómo saltar torniquetes mientras policías y funcionarios los ven y no hacen nada. Hay cursos especiales para no dejar cerrar las puertas mientras llegan los buses. Incluso, se está preparando una cartilla educativa para no dejar sentar a mujeres embarazadas, ancianos y niños, no sólo en las sillas azules, tampoco en las rojas.
Y es que hay algo claro: Transmilenio está y no se va a ir, al contrario, seguirá creciendo. Sólo puedo cerrar esta pequeña radiografía del sistema, con un mensaje subliminal que encontré dentro de su nombre. Fíjese bien: TRANSMILENIO, ¿lo encontró?... A ver, otra vez: tranSMILEnio. ¿Ahora sí? Bueno, el mensaje implícito es: Smile, que en español significa: sonría o sonrisa. Así que la conclusión es: sonría. Si va espichado como un emparedado en un bus de estos, sonría. Si hay una fila larguísima para comprar el pasaje: sonría. Si una persona lo empuja, sonría. Y si alguien lo roba, sonría, pero no deje ir al ladrón para que sonría con usted.
@bonserfelipe