Ser malamadre no es otra cosa que zafarse de ese estigma de que las mamás, por mamás, debemos darles prioridad a todo y a todos: al buenmarido, a los buenoshijos, a la buenafamilia y hasta a la buenasuegra (¿?)… menos a nuestras propias necesidades, a nuestros propios gustos, a nuestra propia escencia… ¡A nuestra propia alma!
Club de #malasmadres con mucho sueño, poco tiempo, alergia a la ñoñería, con ganas de cambiar el mundo o al menos de morir en el intento… Madres imperfectas que luchan por no perder su identidad como mujeres, por seguir creciendo profesionalmente y desmitificar la maternidad. Conseguiremos acabar con el concepto de “superwoman”, ese que nos impone la sociedad y que no nos ayuda en nada.
Así comienza la página web del Club de las Malasmadres, fundado por la publicista española Laura Baena, en Madrid, y que congrega a un grupo de mujeres ibéricas de todas las edades, que decidieron un día defender su derechoa divertirse, a ponerse color en las pestañas y entaconarse aunque solo sea para recoger a los buenoshijos al colegio, a cambiar los canticuentos por su playlist a todo volumen en el carro, a sorprender al buenpadre en la ducha y darle un beso apasionado, a no sentirse extraña, a sonreír… ¡A proponer pequeñas acciones para estar mejor y ser capaces de salir a comerse el mundo!
La última vez que me depilé las piernas exhaustivamente debió ser en el Pleistoceno. Cuando me quedé embarazada la barriga no me dejaba ver bien las piernas, hice lo que pude, y cuando me convertí en madre ya ni os cuento. La cuarentena se convirtió en la época de todo vale o pelillos a la mar según se mire. Ni que decir tiene que no abandoné el pantalón aunque hiciera 40 grados a la sombra.
Usted, su amiga, su vecina, yo, cualquiera puede escribir de lo que siente, de lo que piensa, de lo que la hace rebelarse a las imposiciones de la sociedad en el blog del Club de Malasmadres.
Ser una Malamadre no es más que decidir que las mamás también tenemos tiempo para cuidarnos y asumimos, como dice el club, “estar siempre guapas”, querernos, consentirnos… ¡Vivir!
A mi malamadre que me enseñó a serlo y que hace dieciocho años está con Dios, y a todas las mujeres que —como yo— decidieron lanzarse a la aventura de ser mamás, les dedico en su día esta columna y una estrofa fantástica de la canción Ella
De Bebe, grabado por buenas malasmadres del viejo continente y en puro acento español:
Hoy vas a sé la mujé que te dé la gana sé
Hoy te vas a queré como nadie te ha sabío queré
Hoy vas a mirá p’alante, que p’atrá ya te dolió bastante
Una mujé valiente, una mujé sonriente
¡Hasta el próximo miércoles!
