Es un poco injusto descalifica a Alberto Carrasquilla por el desempeño y el desconocimiento de la microeconomía familiar, causada por la nimiedad de no saber cuánto vale una docena de huevos. Es normal que el ministro de Hacienda del desgobierno no sepa ese valor y por salir del paso exprese un costo muy inferior al valor real. Pobrecito, él no tiene la culpa, esas son pequeñeces que las debe saber el vulgo pueblo, las muchedumbres, la plebe o la chusma.
Lo más seguro es que Carrasquilla en su hogar sea un ingente proveedor, que no hace mercado ni se entera de esas minucias, ¿qué va a saber de semejantes pequeñeces? Por todo lo anterior, él no está al tanto del costo de la docena de huevos y contesta con un disparate que genera un estropicio injusto en redes sociales.
A Betico Carrasquilla pregúntele por los macronegocios o negociazos; por los bonos de agua que quebró y con los que dejó endeudados a 17 municipios; por el favorecimiento al sector financiero con las más altas tasas de intermediación en el mundo, etcéra.
De verdad, a él pregúntele cosas grandes: cómo se les adjudica exenciones tributarias a los dueños del país, cómo se amplía la base tributaria para que sea la clase media la que pague los platos rotos, cómo se le recorta el presupuesto a la educación pública, cómo se le recorta el presupuesto a la salud, y cómo se le asignan más privilegios presupuestales a los congresistas.
Además, pregúntele por qué evita gravar con impuestos a las bebidas azucaradas que terminan favoreciendo a los grandes monopolios o por qué a los mercachifles de la fe no les cobra impuestos por sus iglesias.
Estas son preguntas grandes las que hay que hacerle, no pendejadidas como el valor de doce huevos. ¡¡Qué va a saber Carrasquilla cuánto vale una docena de pinches huevos!!, más teniendo por delante decisiones tan importantes que tomar. ¡¡Busquen oficio!!