No suelen los presidentes de un gobierno en ejercicio ingresar a los claustros universitarios. Pero esta vez, Petro irá a la U del Valle.
Según parece, la universidad es campo vetado para que un mandatario ingrese, quizá por la legitimación de la autoridad que dicha visita implica, cuando no por la investidura de poder que representa y que la universidad como institución de educación autónoma, contestaria, laica, anticonfesional tiende a rechazar y a controvertir.
No obstante, como bien señaló Jacques Derrida en un magistral ensayo, la universidad siempre está expuesta y al reclamar su autonomía también deja traslucir la sujeción a un poder, a una instancia social o económica, a determinada deriva ideológica.
En La universidad sin condición, Derrida juega a relacionar los conceptos de "sin condición" e "incondicional" para decir que la universidad se muestra "sin poder", "sin defensa", altamente vulnerable: "Porque no acepta que se le pongan condiciones, está a veces obligada, exangüe, abstracta, a rendirse también sin condición".
Una expresión elocuente de esto se dio el 23 de abril de 2021, cuando la Universidad del Valle fue tomada por miembros de la fuerza policial, quienes dispersaron un campamento estudiantil pacífico. La universidad amenazada en el contexto de la pandemia, de la cual ya habrá tiempo para evaluar los ímpetus tiránicos del cuatrenio 2018-2022 en Colombia.
Todo esto para decir que el próximo 15 de octubre, si se obra conforme a lo planeado y lo anunciado, el presidente Gustavo Petro estará en el campus de Cali de la Universidad del Valle, al frente de una jornada de los Diálogos Regionales Vinculantes.
Creo que será la primera vez que un presidente de la República ingrese (repito, en calidad de mandatario) al alma mater del Valle del Cauca. Por eso, la presencia de Petro en la U del Valle es algo histórico.
El hecho será profundamente significativo, aunque no estará exento de suspicacias en materia de seguridad y respecto a la preservación del decoro que la situación política amerita.
Porque la universidad sin condición también admite consensos y disensos, y no estará libre el presidente de que salte ante sus ojos, bajo el resguardo de la capucha, uno o un grupo de asistentes (aún más embozados bajo el manto del calificativo de "estudiantes") con el ánimo de confrontar o expresar indignación.
Lo digo en otros términos: podría aparecer un grupo "infiltrado" con aires revanchistas o camorreros, y entonces quién sabe qué pueda pasar en medio de ese ambiente caldeado. Ese micropoder a la sombra también es una de las amenazas contra la vida de la universidad de puertas abiertas para la expresión de todas las voces, aun cuando estas deriven en alarido y en confrontación sin motivo de peso a la vista.
Tal como leemos en la página de la Dirección Nacional de Planeación, los diálogos regionales vinculantes son "un espacio donde todos los colombianos están invitados a participar en un diálogo diverso, amplio y multicolor por los territorios. Aquí serán bienvenidas las propuestas de los habitantes de todos los municipios del país, sin distinción de raza, edad, género y clase social".
En ese sentido, Cali tiene en la Universidad del Valle un lugar merecido y el más indicado para celebrar este convite plural y diverso de cara a avanzar hacia la inclusión social y la Paz Total en Colombia.