La decisión del Presidente Santos de no aceptar las medidas cautelares que recomendaba Comisión Interamericana de Derechos Humanos para preservar los derechos políticos de Gustavo Petro mientras se falla de fondo, lo empujó a la arena política. El destituido alcalde de Bogotá ha dicho que se trasladará a vivir a los barrios de Bogotá para dejarle al “impostor”, es decir al alcalde encargado por el Presidente, su escritorio. Rafael Pardo estará en el cargo brevemente mientras los Progresistas presentan la terna de la que Santos deberá escoger el alcalde que gobernará Bogotá en un lapso de noventa días, mientras se convocan a nuevas elecciones.
Desde mañana Petro se convertirá en el gran impulsor de una nueva Constituyente que busque recuperar el espíritu primigenio de la Constitución del 91 de una apertura democrática que éste ve como condición necesaria para que Colombia finalmente alcance la paz. Petro se ve a sí mismo como el vocero de la generación de la paz de Colombia y planteó de manera radical que “Santos no es un defensor legítimo de esa bandera. Si no fue capaz de defender la presencia de un mandatario elegido democráticamente, que puede esperarse de con la defensa de los derechos de unos alzados en armas que entren a un proceso de paz.”
En este nuevo escenario Gustavo Petro dejaría el espacio de Bogotá para buscar el escenario nacional. Iniciará una gira que comienza próximamente en Barranquilla y sigue para Medellín y Cali en la que agitará las banderas de la Constituyente con los cual se coloca del lado de los negociadores de paz de las Farc en La Habana, quienes han insistido en la urgencia de este mecanismo, en el caso de ellos, de refrendación de los acuerdos que se firmen. Petro aspira a transformarse en el líder de la izquierda en un momento de debilidad de ésta, enfrenada a divisiones internas y convertirse además en la voz de quienes reclaman profundas reformas en el país.
No está claro cual será el resultado final para Juan Manuel Santos con esta decisión pero lo que está claro es que el tema Petro aún no concluye. Habrá Petro para largo y su activismo podría modificar el mapa electoral de las elecciones presidenciales.