¡Apasionante y desafiante! Así calificaron los principales actores del sector aéreo del país y la región, la tarea que implica la reorganización de la aviación comercial colombiana tras la turbulencia que sacudió la industria en los primeros meses del año. Lo hicieron durante la segunda versión del “Aviation Day Colombia” organizado por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en días pasados. Una jornada en la que tomaron parte los líderes de un sector vital para la dinamización económica y social de Colombia y América Latina.
Y es que además de ser cuna de la aviación comercial en el mundo, Colombia es uno de los territorios más extensos y complejos del mundo en términos geográficos. Como resultado, la aviación comercial y privada cumple un papel clave para la conectividad entre regiones, personas, bienes y servicios. Esto explica tal vez porque aquí se le da tanta importancia a lo que pasa o deja de pasar en un avión. Es nuestro medio de transporte por excelencia.
Según datos IATA, la aviación comercial en Colombia registró una recuperación postpandemia récord, sobreponiéndose a las mil y una problemática que significó la parada en seco del sector, lo que la llevó a contabilizar más de 48 millones de pasajeros en 2022 y hacer un aporte de 10,5 mil millones al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Lamentablemente, esta misma revolución unida al clima macroeconómico y a factores particulares ya conocidos y suficientemente debatidos, sacó este año del mercado a dos aerolíneas de bajo costo, obligando al sector a una reorganización general.
Peter Cerdá, director de IATA para las Américas, destacaba la importancia de la aviación para el país, retomando las cifras de producción y exportación de un producto emblemáticamente colombiano como son nuestras flores. Si, Colombia produce más de 1.600 tipos de flores que se exportan a más de 100 países, siendo el segundo exportador del mundo después de Holanda. Sin aviones sería más difícil llevar nuestros productos al exterior.
Al cierre de 2022, Colombia se ubicó en el duodécimo mercado de aviación más grande del mundo. De hecho en este país de regiones, la ruta Medellín-Bogotá hace parte del top 20 de las más congestionadas del planeta, superando la demanda Madrid-Barcelona y Los Ángeles- San Francisco. Y esta misma ruta (Medellín-Bogotá), junto con Bogotá-Cali y Bogotá-Cartagena, hacen parte del top ten de rutas más transitadas de América Latina, superando rutas de altísimo tráfico como Sao Paulo- Brasilia y México DF-Monterrey.
Las cifras lo ratifican. El mercado aéreo colombiano cumple un papel categórico en la dinámica del país y en la vida de los colombianos. De allí la importancia histórica que tiene este momento en que se plantea un nuevo orden para el sector. Más aún cuando el mismo Gobierno nacional ha fijado el turismo como una prioridad.
Por todo esto, y si en efecto queremos que el boom turístico se mantenga, se hace necesario enfrentar con determinación los desafíos en materia de infraestructura aeroportuaria, asignación de slot, impuestos y tecnología. Como se recalcó en el panel que se hizo al respecto en el “Aviation Day”, en Colombia existen seis concesiones que tienen a su cargo 16 aeropuertos, las cuales deben trabajar en la optimización de la capacidad tierra y aire de los terminales aéreos, especialmente en Eldorado de Bogotá, el José María Córdova, de Rionegro, y en aquellos lugares donde solo se puede llegar en avión y donde tenemos verdaderas maravillas para mostrar a los visitantes.
El tablero aéreo del país se mueve ahora mismo con el incremento de capacidad anunciado por Avianca, Wingo, Latam Satena, EasyFly y Laser, que tienen planeado aumentar el número de vuelos por la alta temporada vacacional y que ya han venido ajustando su oferta tras la salida de Viva y Ultra Air. A lo que se suma la expectativa por la incursión de Edelweiss (Suiza) que empezará en noviembre desde un destino internacional, y la Sudamericana JetSMART que avanza en su certificación técnica con miras a ofrecer sus servicios en el mercado doméstico a partir del último trimestre de este año.
La recomposición del mercado con más sillas, más aviones y más personal al servicio de los viajeros, es, sin duda, un reto para las operadoras y una buena noticia para los colombianos que necesitamos conectividad. Las aerolíneas, todas, están haciendo la tarea. Ojalá el gobierno nacional y los demás actores hagan la suya, claramente asociada con la revisión del Iva a los tiquetes aéreos, los costos de los servicios aeroportuarios, el control de la inflación y la recuperación de la moneda. Colombia es un gran mercado para la aviación comercial y por eso el tema merece una atención en grande.