Se dice que alrededor de un millón de dólares fue lo que recibió Marlon Moreno por la tercera temporada de El Capo. Manolo Cardona se fue del país, no solo por el éxito de su carrera en el exterior sino porque aquí en Colombia ya no había productora o canal cuyo bolsillo pudiese desembolsar mensualmente la cifra que cobra. Algo parecido sucedía con Rafael Novoa, quien ganaba más de cien millones mensuales durante su participación en A Corazón Abierto. Por el lado de las mujeres, Carolina Gómez y Flora Martínez son algunas de las mejor pagadas en la televisión colombiana.
No obstante, casos como estos no hay muchos en nuestra televisión, según contaron los propios actores en la audiencia. “Mentiras conocidas, verdades por conocer” en el Congreso de la República que tuvo lugar el pasado 21 de agosto, dónde el recién conformado sindicato de actores colombianos –ACÁ, Asociación Colombiana de Actores- "Digamos que gano cinco millones (…) Fácilmente me vendrían quedando libres, unos $763.000 pesos”, dijo la actriz Carolina Cuervo.
“La gente cree que esto está lleno de fantasía, alfombras rojas, éxito, dinero, sexo, drogas y rock & roll… Y bueno, sí hay sexo, drogas y rock & roll -como en cualquier otra profesión- pero es que también hay impuestos, pago de colegio, eps, la competencia, la alta oferta, la poca demanda, las roscas, la crueldad, la explotación, el hambre y el rechazo por feo”. Prosiguió Cuervo durante un breve dramatizado en compañía de Jacques Toukhmanian en dónde buscaron ilustrar con un toque de humor, una cruda realidad que de por sí sola no resulta ser muy cómica.
Lo que el par de actores con su entretenida puesta en escena quería contar era que en Colombia la actuación es percibida más como un pasatiempo que como una profesión y que ello se ve reflejado en las condiciones bajo las cuales se desempeña el oficio del actor.
Consuelo Luzardo fue una de las más crudas al relatar su realidad después de 55 años de carrera como actriz en televisión. La actriz puede tener jornadas de 14 o 16 horas al día, sumando tiempos de desplazamientos entre locaciones. Luzardo considera que su trabajo es en extremo exigente, se necesita toda una serie de condiciones para poder ejercerlo y altísimos niveles de concentración, los cuales después de las mencionadas jornadas, son muy difíciles de mantener y esto se refleja en su interpretación.
-Consuelito, y luego de 55 años, si quisieras retirarte ¿Podrías hacerlo?- Pregunta Diego Trujillo, quien la entrevista para el auditorio. “No. aun me toca completar. Para poder seguir tranquila, me toca seguir trabajando, lo cual hago con mucho gusto”.
Luzardo contó que en los inicios de la televisión colombiana, las cosas eran muy diferentes al panorama actual. Destaca que pese a las duras condiciones técnicas de la época, la calidad creativa de las producciones era superior, pues las programadoras debían licitar para ganarse los espacios pasando propuestas de muy buena calidad. Actualmente, el panorama para el desarrollo creativo de la labor del actor se ha complicado, teniendo en cuenta factores como la multiplicación de las unidades de grabación, lo cual suma tiempos de desplazamiento y el tener varios directores en cada unidad de un mismo proyecto lo dificulta aún más “Yo a veces he tenido la sensación de que me pagan es por hacer una traducción de las diferentes visiones de los directores a ver cómo logro acoplarlas a lo que había entendido que era mi personaje. Aunque los directores se pongan de acuerdo, es imposible que vean la historia igual. Entonces, uno para no alargar más la jornada dice sí señor, usted tiene toda la razón… Para que el personaje no parezca esquizofrénico como digo yo”.
Hoy día se cuenta con estudios dotados de las últimas tecnologías para facilitar producciones de calidad técnica impecable, no obstante a veces carecen de espacios dónde ensayar una escena o cambiarse de ropa cómodamente. La veterana actriz habló de las incomodidades que padece cuando graba en exteriores donde a veces no hay ni una silla para descansar, o al menos un botiquín por si llegase a ocurrir alguna emergencia.
Uno de los puntos principales por los que los actores colombianos están luchando, es por el derecho a regalías. Es decir, el dinero que se recibe por la comercialización de los proyectos dónde hayan participado, en diferentes países. Originalmente dicho derecho se tenía pero “En la época de Gaviria, llega el famoso apagón que todos recordamos. Entonces nos llaman los productores y nos dicen que por el apagón no cobremos regalías porque están perdiendo plata. Se acaba el apagón pero no volvieron las regalías” Narra la actriz.
“El problema aquí es que nos estamos pareciendo a los futbolistas, pero no a James, sino a los del Chicó ¡Estamos en la B!” Dijo el actor Julio Correal, una de las cabezas más visibles de ACÁ. “¡Y decidimos ponerle el acento en la Á, porque aunque acá es una palabra aguda, nuestro problema es grave!”. No menos preocupación despertó la llegada de actores y producciones extranjeras al prime time colombiano “Con La Pola empezó la segunda colonización española pero La Avenida Brasil fue la carretera que nos pavimentaron para echar a andar el carro de ACÁ”.
Afortunadamente para los actores, la audiencia en cuestión tuvo lugar con la presencia de importantes figuras del gobierno como el recién electo Ministro de Trabajo, Luis Eduardo Gazón, la Ministra de Cultura, Mariana Garcés, los senadores, Iván Cepeda y Ángela María Robledo, quienes reconocieron la importancia de la labor del actor a la hora de construir una sociedad y se mostraron receptivos a las propuestas del Sindicato de Actores.
“Cuando se aprobó la ley Fanny Mickey en 2010, el presidente Santos dijo en congreso que le encantaban el cine y el teatro, que él conocía a todos los actores de Londres. Espero que empiece a conocer a los de acá”. Puntualizó la actriz Victoria Hernández.