“Si Gaviria me hubiera dicho que estas grabaciones eran ciertas, así fuera dos días antes de las elecciones, otra hubiera sido la historia del país”, dijo anoche el expresidente Andrés Pastrana, durante la presentación de su libro Memorias olvidadas, tras revelar hechos clave del escándalo de los narcocasetes que destaparon la financiación de la campaña presidencial de Ernesto Samper por parte del Cartel de Cali.
“Confié en Gaviria, pero me decepcionó porque él conocía de las grabaciones”, reveló Pastrana, quien recordó una cita privada con Gaviria y su ministro de Defensa, Rafael Pardo, en el Palacio de Nariño para darle a conocer las grabaciones. Un encuentro que 20 años después habría de encontrar sospechoso por la cara que pusieron Gaviria y Pardo. Para el expresidente Pastrana, sus reacciones eran el efecto de que estos dos Altos Funcionarios ya tenían conocimiento de las interceptaciones telefónicas a los capos del Cartel de Cali, donde hablaban sobre el dinero que le estaban inyectando a la campaña política del posterior Presidente Ernesto Samper. Como si fuera poco, Pastrana escribió en su libro que tanto Gaviria como Pardo le propusieron un pacto de caballeros para no revelar los narcocasetes.
De inmediato, en la mañana de este viernes 29 de noviembre de 2013 reaccionó el expresidente César Gaviria, quien convocó a una rueda de prensa relámpago en Cartagena. Allí, casi que gritando, dijo que Pastrana estaba de psiquiatra, que se estaba enloqueciendo. Que sus afirmaciones eran falsas: “el cuento del eslabón perdido no lo entiendo sino como el remordimiento de no haber tenido el coraje de haber presentado las grabaciones antes de la campaña electoral que lo llevo a la Presidencia”, además Gaviria le recordó que “las conversaciones hacían cita de la entrada de dinero en las dos campañas”, tanto en la de Samper y en la de el propio Pastrana.
En suma, Pastrana revela que los casetes le fueron entregados en Cali por el teniente coronel de la Policía, Carlos Barragán Galindo, adscrito entonces a investigaciones de la institución. Y que al escucharlos dudó: ¿“una trampa”?, ¿son auténticas las voces de Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela? La tercera voz era perfectamente identificable, la del periodista Alberto Giraldo, relacionista del cartel.
El consejo de su padre, el expresidente Misael Pastrana, fue entregarlos de inmediato al primer magistrado de la Nación, al presidente. En el palacio de Nariño oyeron los casetes César Gaviria con su ministro de Defensa, Rafael Pardo, y Pastrana con Luis Alberto Moreno, asesor, segundo de la campaña y su amigo.
Otra gran revelación de este escándalo fue el facsímil de una carta de los Rodríguez Orejuela enviada a Pastrana en el año 2000 donde le aseguran que la financiación de la campaña de Ernesto Samper no fue a sus espaldas.
Memorias olvidadas contiene además episodios inéditos sobre porqué Marulanda dejó la silla vacía en el Caguán y el cara a cara con Escobar durante el secuestro cuando Pastrana tenía 33 años.