Durante el comienzo de la pandemia por covid-19 muchos investigadores comenzaron a prestar más atención a la asociación entre la contaminación del aire y las enfermedades del sistema respiratorio. En los últimos años, los niveles de smog han aumentado en todo el mundo, lo que ha provocado el deterioro de la calidad del aire, esto ha generado preocupaciones en el ámbito global. Las PM2,5 (partículas de menos de 2,5 micrómetros de diámetro) pueden penetrar profundamente en el pulmón, irritar y corroer la pared alveolar y, en consecuencia, deteriorar la función pulmonar. Por lo tanto, es importante investigar el impacto de PM2.5 en el sistema respiratorio y luego ayudar a Colombia a combatir los problemas actuales de contaminación del aire.
Se ha descubierto que las partículas con un diámetro aerodinámico menor de 10 µm tienen un mayor impacto en la salud humana. Un grupo de PM identificado, PM2.5, tiene diámetros pequeños. Pero grandes áreas de superficie y, por lo tanto, grandes cantidades de partículas, pueden ser capaz de transportar diversas sustancias tóxicas, pasar a través de la filtración del pelo de la nariz, llegar al final del tracto respiratorio con flujo de aire y acumularse allí por difusión, dañando otras partes del cuerpo a través del intercambio de aire en los pulmones. Además, los adultos expuestos a otros niveles altos de contaminación del aire ambiental, por ejemplo, PM10 y partículas gruesas, también han mostrado una mayor prevalencia de enfermedades respiratorias. Zhang XY, Sun JY, Wang YQ (2013).
En Colombia pocas son las entidades encargadas de monitorear estos contaminantes del aire menor a 10 micrones y se ha dependido, en gran medida, de los datos obtenidos por el satélite. Esta información, si bien no es mala, sabemos que los datos que envía hacia la red nuestra llega con retrasos en el tiempo y con un sesgo de selección preexistente, como dirían los estadistas que analizan estos sistemas que utilizan una tecnología de big data y que necesitan una sistematización previa para interpretar los resultados en tiempo real, los datos abiertos permiten mantener informada a toda la población que está constantemente exponiéndose no solo en el interior de sus hogares, sino también en el exterior de sus viviendas cuando sale a la calle, respira el humo de los vehículos diésel, las quemas repentinas al interior de los arroyos por los recicladores y el polvo de las construcciones en toda la ciudad.
Por poner un ejemplo, en Barranquilla existe una red de monitoreo de la calidad del aire del proyecto Sice. En primera medida, este equipo suministraría la toma de medidas paliativas de los niveles de contaminación de la zona afectada por su ubicación portuaria con la ciénaga de mallorquín y sobre la vía 40 con la creciente industrialización de empresas aledañas que generan gran contaminación y degradación de la calidad del aire. El proyecto buscaba lograr la potenciación turística por el auge que ha experimentado la ciudad en los últimos años. No obstante, solo instalaron los equipos, pero no fueron los monitores especiales para monitorear el pm2.5 y el pm10, la inversión del proyecto si bien es un avance para la red, seguimos dependiendo de los datos proporcionados por el satélite.
En una reciente investigación, docentes investigadores de la CUC y la Uninorte hicieron un análisis de la actual situación de la ciudad en este tema ambiental. Encontraron unos hallazgos interesantes que habla de lo expuesto que estamos a sufrir si no controlamos esto a enfermedades respiratorias que generan incluso cáncer. Dayana Agudelo Castañeda, ingeniera civil y ambiental de la Universidad del Norte y docente investigadora sostuvo que Barranquilla tiene un clima seco, mucha suspensión y un aumento del parque automotor, donde se incrementó el uso de motos y vehículos antiguos con problemas de mantenimiento. Esto hace que la ciudad se vea afectada por mayores trancones, las velocidades de los vehículos sean bajas y esto ha ido deteriorando la calidad del aire sigilosamente.
Con este panorama resulta complejo pensar en una solución cuando la tenemos a la mano, y es poder darle uso a la red de monitoreo existente, adquiriendo los equipos (monitores inteligentes) necesarios para la interpretación de los índices AQI de los Estados Unidos que miden en que proporción promedio de material particulado suspendido en el aire durante el día pasamos de una calidad del aire buena a moderado o poco saludable para las personas. Ciudades como Bogotá ya cuentan con contribuyentes de la información como lo son 'Aires nuevos para la primera infancia: red ciudadana de calidad del aire y AirNow'. En el caso de Medellín cuenta con las entidades del sistema de alertas tempranas de Medellín y el Valle de Aburrá.
Por último, la invitación es cuidarnos de la contaminación del aire y mantenerse informado sobre los daños a largo plazo en la salud, detectando síntomas tempranos como la congestión nasal y la tos seca, ya que puede estar siendo afectado por el pm2.5 y el pm10.