Tener un trabajo estable en Cúcuta o su área metropolitana como profesional y sin deber favores políticos es un lujo que muy pocos se pueden dar. Para nadie es un secreto lo politizado que está el mundo laboral, tanto en entidades públicas como privadas, y lo peor es que parece que esto se extiende por todo el país. Si me sigo formando es por amor al estudio y a mi profesión, pero muchas veces siento que el beneficio de estudiar tanto tiene solo una retribución intrapersonal y no en el mejoramiento paulatino de la calidad de vida mía y por supuesto de mi hogar.
Esto va a sonar algo duro y triste pero muchas veces decimos que X profesional gana muy bien porque devenga un salario por encima de la media, y no, ese debería ser un común denominador en los sueldos de quienes pasan mínimo 5 años en un pregrado —que si es de universidad privada quizá el costo de la matrícula no sea menor a unos 2 o 3 millones de pesos, y si es pública, al menos en Cúcuta, los costos en muchos casos rondan los 800 mil a 1.5 millones— o hasta 10 años más en formación —para quienes hacen especialización, maestría, doctorado y postdoctorado, estos últimos siendo doctores, no ese político de turno al que se le dice doctor y, como en el caso del presidente del senado, no poseen tal título, la verdad ni sé en qué quedó su historia académica tan purulenta de falsedad—.
Aquellos que logran contratos políticos generalmente lo hacen por un par de meses, en donde incluso se les llega a quitar parte de su salario como forma de retribuir la amabilidad del parásito de turno al darles "la oportunidad" de desempeñarse en lo que pasó años estudiando y muchas veces, a la par trabajando y manteniendo un hogar. No los critico, la situación está "dura" y para muchos es la única oportunidad de trabajar y ejercer su profesión y además, ganar como deberían, pero es una cadena de violencia estructural tan amplia que disminuirla a un estado de unos cuantos párrafos sería absurdo, al ser multivariable.
Por otro lado, algunas empresas contratan profesionales con salarios absurdos, algunos con pagos menores al SLMV, e incluso solo poseen practicantes a los cuales ni un pasaje les brindan, ahorrando costos, o en su defecto, dan funciones de cargo que difieren con la formación profesional de la persona para ahorrar gastos en contratación de personal idóneo.
Sí, el problema no es solo lo público, lo privado no dista mucho de eso.
El ganar adecuadamente y tener bienestar laboral en este país es algo complejo, las oportunidades las hay pero son pocas para todos los profesionales aptos, capacitados y con responsabilidad social que se forman en nuestras universidades públicas o privadas. Recordemos que somos una de las zonas del país con mayor porcentaje de desempleo y empleo informal, por esto muchos de los buenos profesionales, y digo buenos porque poseen unas capacidades excelsas, acaban yéndose de la región e incluso del país.
Estudiantes y profesionales, tenemos las herramientas para hacer un mejor norte, no desistamos. Parezco iluso quizás, pero aún creo en el mejoramiento de la calidad de vida de todos y cada uno de los habitantes del departamento, solo que esta vez toqué este tema en especial.
Sé que no toco las causas del problema pero es algo que quería expresar hace tiempo.
PD: No quiero saber qué puede ocurrir con mi mundo laboral si me pasa lo que a una comunicadora jefe de prensa de un senador de la república: ella publicó en su Twitter privado unas opiniones respetuosas en contra del gobierno actual con argumentos que claramente no se expresan libremente por el límite de caracteres de la redes sociales y fue despedida por ello.