La geografía es un factor fundamental en la política internacional porque es el más permanente, esta determina una posición en el mundo y le representa oportunidades, así como limitaciones, hecho que condiciona las decisiones de los líderes de Estado. Es entonces a través del estudio de la geopolítica, que se pueden tratar diversas perspectivas y por lo tanto tener una visión más clara del mundo. Por ejemplo, visto desde Sampa a través de la lupa de Mackinder, se puede tener que ese mundo está compuesto de un gran continente, Eurasia-África, muchas islas pequeñas y un gran océano; con esto se puede entonces analizar la manera en que interactúan los Estados e imperios en un marco geográfico particular.
De esta manera los intereses de un Estado serán determinantes a la hora de aplicar, bien sea, una política de containment, o constituirse como una potencia revisionista, que para el quehacer académico permitirán inferir la fortaleza del uno frente al otro y por lo tanto su efectividad. Es por esto que se deben revisar los antecedentes históricos donde se puede ver, en primer lugar, que, en agosto de 2008, Rusia reconoció la independencia de Abjasia y Osetia del Sur después de que una ofensiva georgiana provocara un conflicto armado en la región; ambas antiguas autonomías georgianas habían proclamado su secesión poco antes de la desintegración de la URSS. En segundo lugar, que desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio, donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año. Rusia ha declarado más de una vez que no es parte del conflicto ucraniano, no apoya a las milicias de Donbás y no envía tropas allí, pero la comunidad internacional lo interpreta como una invasión, tanto a Ucrania como a Georgia, con el ánimo de cambiar el statu quo de Europa.
De otro lado China, del mismo modo que Rusia, está intentando cambiar el statu quo en el marco de la geopolítica mundial, a través de medios militares, en referencia a las actividades de Pekín en el mar de China Meridional, así mismo, con la construcción de islas artificiales para transformarlas en instalaciones militares y ampliar sus aguas territoriales.
Siendo, así las cosas, es necesario resaltar dos aspectos de suma importancia, en un primer plano que una potencia revisionista es aquella que trata de cambiar el statu quo en el marco de la geopolítica mundial, claramente manifestado en las situaciones con anterioridad mencionadas, y en un segundo plano, que la política de containment, que dio lugar durante el periodo de Truman, busca "apoyar a los pueblos libres que están resistiendo intentos de agresión de minorías armadas o presión exterior" (que surgió con el objeto de conseguir una ayuda económica para Grecia y Turquía, países a los que ya no podía seguir ayudando una debilitada Gran Bretaña).
En perspectiva, se puede concluir, teniendo en cuenta a Mackinder, en las características de un pívot región, que esta situación pone varias cartas sobre la mesa. En primer lugar, es evidente que el pivote y objeto central de la geopolítica es Rusia, con una clara vocación de dominar el continente euroasiático, y como consecuencia, el mundo, dando alcance al término Heartland acuñado por Mackinder. Así mismo, que de acuerdo al director de Stratfor, uno de los más destacados think tank de análisis geopolítico mundial: “Rusia no se convertirá en una potencia global en la próxima década, pero no tiene otra alternativa que convertirse en una potencia regional importante, y esto implica que chocará con Europa. La frontera ruso-europea sigue funcionando como una línea de falla".
Este hecho deja en evidencia dos cosas: que la política de containment no ha sido un fracaso total, pero se encuentra en un proceso de resiliencia que muy poco le podrá durar, teniendo en cuenta que su principal promotor son los EE. UU., y que los EE. UU. han identificado tres grupos de desafíos principales. Primero, las potencias revisionistas buscando crear un mundo que no siempre responde a sus intereses y valores. Segundo, los regímenes parias que amenazan a su vecinos, tratan de adquirir armas de destrucción masiva y desestabilizan regiones de importancia crítica, con lo que es evidente que la política de containment no está a la altura del avance de los países revisionistas, lo que va a llevar en palabras de Mackinder a que “quien domina la Europa oriental domina el Heartland o corazón terrestre; quien domina el Heartland domina el mundo-isla; quien domina el mundo-isla controla el mundo”, lo que deja en evidencia que la política de containment no es totalmente efectiva a la hora de neutralizar a una potencia revisionista.