Es bien conocido por todos los colombianos que la opinión publica siempre inclina su decisión de voto de acuerdo a las encuestas que van y vienen en las semanas previas a las elecciones presidenciales.
Sin embargo, si hay algo atípico en esta carrera por la presidencia de Colombia es la polarización extrema que existe entre los candidatos que al menos ocupan los primeros lugares. Al respecto de esta situación Michael Shifter, presidente del Diálogo Interamericano, centro de análisis de políticas públicas, intercambio, y comunicación, afirmo que: “Las encuestas no son muy confiables y un ejemplo claro se dio con el plebiscito sobre el acuerdo de paz, en donde sorpresivamente salió ganador el no promovido por el partido Centro Democrático que apoya al candidato Duque actualmente ”.
Lo que nos hace pensar entonces es que si bien Duque se encuentra bien posicionado en un primer lugar gracias al respaldo de los electores del no, que salieron victoriosos en ese entonces; no ocurriría lo mismo para Petro, que se ubica como el segundo favorito en este camino hacia la Casa de Nariño, porque existe una falta de veracidad en las encuestas que juegan con el escenario político.
Hay un ánimo de malestar y cinismo entre la población colombiana, quienes no encuentran balance en las propuestas de algunos candidatos, ni mucho menos iniciativas que le apunten al conjunto de las necesidades reales de los colombianos. Lo anterior, sin dejar de lado que los candidatos Duque y Petro, o mejor Uribe y Petro, se vanaglorian en su propio ego, imperando así el beneficio particular sobre el colectivo.
Lo triste de todo, tal y como lo afirma Shifter, es que los mismos colombianos desconocen que hay otros candidatos que sí cuentan con un pliego de propuestas que le apuntan a la igualdad, a reestablecer la economía y a proteger a la población que se encuentra en una situación de desesperanza.
Lo cierto es que no hay que creer del todo en las encuestas y no hay que subestimar la maquinaria del presidente Santos que sin duda trabajaría para poner a jugar en el escenario político al exvicepresidente Germán Vargas Lleras, quien podría ser la gran sorpresa de la contienda electoral.