Carlos Climent además de ser psiquiatra tiene un termómetro para medir el estado emocional de la sociedad y para analizar el comportamiento de los seres humanos, algo de lo que escribe permanentemente en su columna dominical del periódico El País. Ha publicado cuatro libros, uno que tengo muy presente La Locura Lúcida: Antisociales, Narcisistas y Borderline y el último Depresión, la enfermedad sin voz que cae como anillo al dedo para esta conversación.
Estos son algunos apartes de un diálogo oportuno que se da al final de un año que ha sido difícil no solo para los colombianos, sino para el mundo en general.
Juan Manuel Ospina: Un gusto Carlos de reencontrarnos a conversar sobre temas que nos inquietan y que están incidiendo en nuestra vida diaria, en la manera como estamos viendo la realidad.
Su análisis desde el mundo de la psiquiatría, pero es alguien especialmente creativo porque además ayuda a entender los problemas no solo desde los individuos, sino entender los problemas sociales. Precisamente cuando estábamos en plena pandemia conversamos y advertiste entonces los desequilibrios emocionales sociales que podrían darse, especialmente entre los jóvenes. Veía con tristeza una posible ola de suicidios mientras otros ingenuamente pensábamos que la pandemia podía hacer aterrizar bruscamente la humanidad.
Carlos Climent: Un gusto estar conversando contigo de nuevo, Juan Manuel. Y sí, la pandemia constituyó un golpe terrible. En los últimos 100 años, el mundo no había atravesado un período tan, tan, tan terrible y tan generalizado. Además de las dolorosas muertes, mucha gente quedó muy afectada. La gente sufre de insomnio, sufre cuadros depresivos, son muchas las dificultades emocionales. Lo que anticipábamos, la pandemia iba a repercutir emocionalmente en la gente: depresión, suicidios...el golpe fue demasiado terrible.
Terrible a nivel social, a nivel familiar, los jóvenes se quedaron sin colegio, sin universidad. La gente empezó a trabajar aislada, virtualmente. El mundo cambió. Se perdieron trabajos, son muchas las complicaciones y súmele las internacionales. Es una situación muy seria la que vivió el mundo y Colombia, especialmente en los últimos tres años largos de nuestra existencia. Estamos apenas adaptándonos al cambio tan brutal que hemos vivido.
Juan Manuel Ospina: Y cuando estalló la pandemia ya la crisis se asomaba. El entorno social, económico e internacional no era positivo. No era un momento de optimismo y la seguridad de la vida ya estaba viéndose amenazada y creo que la pandemia fue una especie catalizador de esa crisis y que le agregó unos elementos nuevos: La incertidumbre para dónde íbamos.
Carlos Climent: Encuentro que hay una sumatoria de efectos negativos. Esto ha sido un desafío enorme para la humanidad y Colombia no es una excepción. Han pesado otros factores que no voy a entrar a detallar porque no son de mi especialidad. Estamos enfrentados a una situación nueva que es amenazante y que es un desafío.
Juan Manuel Ospina: ¿Qué perspectiva ves desde tu esquina de trabajo de observación y análisis? ¿Estamos condenados a seguir en la curva descendente o puede haber un punto de quiebre que dé inicio a una recuperación después de esta experiencia de dolor, de desarticulación, de incredulidad?
Carlos Climent: Lo que les digo a mis pacientes es que de la incertidumbre siempre se sale. Como dicen los budistas, sólo se llega al amanecer, después de la noche. Nosotros llegaremos a mirar esto con mejores ojos y la idea que yo les quiero transmitir a mis pacientes cuando me consultan es que hay que ser optimistas. Esto no es el fin del mundo ni es verdad que estamos en una en una caída libre.
Y sí estamos en un momento de incertidumbre, pero la incertidumbre nos lleva a la búsqueda de situaciones y de soluciones nuevas a las cosas a las que nos estamos enfrentando.
Juan Manuel Ospina: De acuerdo Carlos. La incertidumbre la genera el no tener claro finalmente un horizonte de salida. Es la sensación de estar sueltos en una corriente que no se sabe hacia donde nos lleva. Es un cambio que no va a tener marcha atrás. Es mucho lo que hay que aprender y va construyendo un nuevo escenario de vida individual, colectiva, nacional y mundial.
Carlos Climent: Yo lo que veo es que estamos en una situación de crisis en Colombia, que es lo que nos compete, que no comenzó ayer. La pandemia nos dio un golpe tremendo. El estallido social nos dio otro golpe tremendo. Las arbitrariedades que se cometen, los grupos por fuera de la ley nos ponen en una situación muy, muy complicada.
A pesar de eso, Juan Manuel, Colombia tiene una estabilidad interior, tiene una certeza interior que nos permite salir de las crisis y eso es lo que yo creo que va a ocurrir. Lo que lo que yo no quiero admitir y no le admito a mis pacientes, es creer que este es el fin del mundo. Eso no es verdad. No nos podemos poner apocalípticos. (…)
Yo creo que de aquí vamos a salir bien. Vamos a tener unos años duros, pero este es un país muy resiliente. Este es un país hecho de gente, en el 95 %, de gente muy buena y muy capaz de unir voluntades como ocurrió hace poco en unas elecciones que le dieron un vuelco enorme a este país. Optimismo, optimismo para el próximo año y confianza en la resiliencia del pueblo colombiano.
Aquí la conversación completa:
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