Como en Semana Santa la Iglesia nos llama a reflexionar, hice un esfuerzo para analizar culpas ajenas y propias y ver si estoy con una pata en los infiernos. Lo más indicado para hacerlo es apegarse a la ortodoxia católica y revisar los Diez Mandamientos.
Sin embargo esto de evaluar nuestras faltas no es fácil. Recordemos hay pecados graves, llamados “mortales” y pecados leves conocidos como “veniales”. Aunque todavía no logro entender por qué les dicen “mortales”. Cuando niña creía que si cometía un pecado mortal me moría al instante. Después entendí que no es así, afortunadamente, porque sino mi vida habría sido muy corta.
Pero hay otra cosa confusa en esto de las faltas y es que los mandamientos no vienen con una graduación. Ahí no explican cuáles son veniales y cuales mortales, simplemente los enumeran y uno verá si los comete o no.
El primer mandato es “Amar a Dios sobre todas las cosas”. En este ya nos condenamos los agnósticos y de pronto los que creen en un dios distinto al católico. Pero será un pecado grave o ¿una leve desviación ideológica?
Después nos advierten: “No tomarás el Nombre de Dios en vano”. Aquí la cosa es grave por la cantidad de políticos jurando en nombre de Dios cumplir la Constitución y las leyes. Más vale que un juramento en falso sea un pecado venial, de lo contrario el infierno no dará abasto para albergar tanto pecador.
También nos piden “Santificar las fiestas”. Incumplir esto tiene que ser un pecado supervenial porque sino el tal infierno va a estar más hacinado que cárcel colombiana con la mano de veraneantes que en vez de rezar se van de rumba en Semana Santa y diciembre.
El mandato de “Honrar a padre y a madre”, es loable por supuesto; pero, ¿qué pasa con las personas que no tienen padre o madre, abandonadas o nacidas de hogares con jefatura femenina? ¿O familias gay? ¿Pecan solo la mitad? Ningún teólogo lo ha explicado.
No matarás por supuesto es grave. Pero, ¿mortal? No sé, el que se muere es la víctima, no el pecador. En ese caso cabe preguntarnos si la víctima ¿se va derechito al cielo?
“No cometerás actos impuros” es un mandamiento bastante vago. Tendremos que conseguir un traductor para saber qué se entiende por impuro en el mundo moderno. En algunas versiones de los mandamientos piden que no cometamos adulterio. En ese caso es mejor que se considere un pecado venial o una simple contravención, porque es bastante usual lo de montarle cachos a la pareja.
Robar, así como Matar, es sin duda pecado. ¿Qué tan grave? Depende del monto, porque una persona que se roba una fruta no puede irse al infierno a compartir celda con Samuel Moreno o los pícaros de Interbolsa.
Y “No dirás falso testimonio ni mentirás” no aguanta un análisis serio. Para que detenernos en este mandamiento si los seres humanos decimos tantas mentiras…
Y finalmente “No codiciarás los bienes ajenos o la mujer del prójimo”, da risa. ¿En qué estaría pensando Moisés cuando incluyó esto como pecado?
Lo que queda claro es que ningún mandamiento prohíbe ser comunista, amigo de Fidel, o buen escritor. Eso no es pecado, ni siquiera venial. Entonces la señora María Fernanda Cabal, tan buena cristiana, ¿por qué estará tan segura que Gabo fue a dar al Infierno? Yo no creo que lo haya dicho por bruta, sino por desinformada. No se tomó el trabajo de repasar los Diez Mandamientos y se dejó llevar por su fanatismo. De pronto es ella la pecadora y se va a quemar enterita en el fuego eterno por decir mentiras en Twitter.
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