Finalizó febrero y una de las noticias económicas del país es la caída del precio del café a medio dólar la libra, que sin duda afecta al medio millón de familias en Colombia que viven de producir el grano y a 25 millones de productores de todo el mundo.
Pero mientras eso ocurre en el país, en el Cauca se hacen esfuerzos creativos para promover su consumo y venta: el pasado fin de semana, por ejemplo, se realizó en Piendamó una cata para compradores internacionales (VI Concurso y Feria de Cafés especiales).
Quisiera recordar que, de los 42 municipios caucanos, en 33 de ellos se cultiva café, tanto para el consumo nacional como para el comercio internacional a través de la Federación Departamental de Cafeteros y otras cooperativas. Y lo mejor, por la variedad de climas y diversidad topográfica se permite sembrar y experimentar con cafés especiales.
El café como negocio genera en el Cauca alrededor de 65 mil empleos directos y otros miles de indirectos, y la cosecha del 2018 alcanzó un valor de 714 mil millones de pesos, según el Comité de Cafeteros. Pero este año, por la sobreproducción de café en Brasil, el precio a nivel mundial ha caído dramáticamente, y hay alarma en el gremio.
De allí que la iniciativa deL Comité de Cafeteros del Cauca para organizar catas, ferias, exposiciones y subastas, en pro de conseguir consumidores sofisticados y compradores internacionales, es la otra cara de la moneda frente a las dificultades.
Compradores de Alemania, Holanda, Corea, Canadá, España, Estados Unidos y Colombia son capaces de comprar lotes de café a más de dos millones de pesos libra, por la particularidad de su sabor y aroma, y por una palabra complicada: “calidad”; algo que tiene que ver con algo que se llama: “denominación de origen”: es decir café cultivado, cosechado, procesado, fermentado y secado de manera artesanal en el Cauca.
Nada como el aroma de un café recién tostado de empresas tradicionales del Cauca, pero junto a ellos comienzan a destacarse nuevos emprendimientos de comunidades y empresarios con visión global, gracias a iniciativas como las que hoy comentamos.
El ejercicio de los caucanos para promover y vender su café internacionalmente está bien, es un ejemplo, pero la dinámica debe ampliarse. Si Colombia es el primer productor mundial de café arábigo, a lo mejor pueda inclinar su balanza en ser el primer productor de cafés con marca de origen, en busca de tener precios buenos y de paso comercializar eso sacos que se están dejando de vender año tras año.
En ese sentido, el Cauca está liderando una apuesta creativa digna de aplausos.