En esta oportunidad es necesario que medite muy bien antes de depositar su voto este domingo, pues está en juego, nada menos que el manejo de una gran inversión, principalmente social para que el postconflicto sea un rotundo éxito. Si dejamos el manejo de esos recursos en manos de las usuales trincas que tradicionalmente arman los concejales de muchas ciudades y poblaciones, el riesgo de que estos dineros lleguen a manos inescrupulosas, es demasiado grande.
¿Por qué hago énfasis en esto?
Basta conocer el desarrollo que tuvo inicialmente el posconflicto en El Salvador, por ejemplo, donde la sociedad le dio la espalda a los conflictos sociales que quedaron sin resolver, se crearon las tristemente conocidas maras, que son gigantescas pandillas juveniles, resultado de una simbiosis del mal ejemplo de las pandillas norteamericanas con la violencia que seguía latente en El Salvador, precisamente por un posconflicto no consecuente con los fenómenos sociales que era necesario haber resuelto.
Grupo de jóvenes integrantes de las temibles maras salvadoreñas.
En ese país centroamericano, de la violencia política se pasó a una horrible e indiscriminada violencia criminal como consecuencia de la desatención de los fenómenos sociales que quedaron después de la firma de los acuerdos.
Debenos aprender esta lección para no repetirla en Colombia, pero la solución de los conflictos sociales, solo la resuelven mandatarios locales verdaderamente comprometidos con la gente.
Se debe analizar el pasado del candidato, y entender como se formó su candidatura, quienes tiene detrás y a quienes responde. En Bogotá no es difícil, sabemos que a Clara la respaldan fuerzas populares de base, a Pardo el liberalismo y movimientos de centro, Peñalosa y Pacho son opciones de centro derecha, sabemos quienes están detrás de cada uno y los más entendidos, hasta los financistas que hay detrás. Clara muy mal financiada, tal vez sea de las pocas que cumple con los topes fijados por el Concejo Nacional Electoral, los otros tres candidatos tienen sus financiastas importantes.
A los bogotanos no les queda muy difícil decidir, en mi caso, la tengo bien Clara y no le creo a ciertas encuestas mentirosas, que son la estrategia de campaña de un candidato.
Pero en las demás ciudades, hay que mirar muy bien porque la cosa, algunas veces, no es tan clara. Me referiré a Cartagena de Indias, solo hay dos candidatos con opción, Manolo Duque con tendencia a seguir subiendo, en parte por su pasado limpio, aunque también en parte, porque los ciudadanos están comprendiendo de donde viene la guerra jurídica con la que intentaron que no pudiera presentarse este domingo.
Manolo Duque nunca ha estado metido en la manguala del Concejo Distrital, ni en dudosos acuerdos; en cambio, el candidato de La Trinca tradicional del Concejo de Cartagena, de la que me excluí voluntariamente cuando pertenecí a esa Corporación, que si bien ya era fuerte, pero nada comparado con la actualidad, debido a la descentralizado el país. Los entendidos en la materias dicen que su fuerza es tanto política como económica.
Por lo que, la decisión de los cartageneros es, o apoyar a La Trinca de siempre, o apoyar en cambio, a una opción comprometida con la gente como es la de Manolo Duque. No es muy difícil decidir, ni en Bogotá ni en Cartagena.
Me gustaría tener espacio para analizar al menos, cada capital de departamento, pero me toca restringirme a mis dos ciudades, la que me vio nacer y la que tan bien me ha sabido acogido por tantos años, por lo que le vivo muy agradecida.
