Quisiera saber en qué pensaba Jesús cuando dijo a sus discípulos —amarás a tu prójimo como a ti mismo[1]—. Cada momento histórico de la vida humana se desarrolla en un tiempo y un contexto propio, me imagino que, una instrucción de Dios y su ley para sus enseñanzas de aquella época, como líder comunitario y con pensamientos socialistas, quiso que su pueblo valorara al otro como sí mismo. Claro está que en todos los tiempos y contextos esta política del amor se va transformando y como toda ley sufre de interpretaciones y acomodos de quienes la ejercen y acatan.
Los liderazgos surgen y se fundamentan alrededor de una causa social común, que se vuelve superior al ser aprobada por la mayoría, muchas veces terminan sacrificados al defender sus preceptos y otros lo utilizan para lograr ser endiosados por el mismo pueblo, a través de un falso dogma, independientemente de lo que haga se convierte en la esperanza de algo o de alguien, lo que hagas o dejes de hacer será venerado por la fe de quienes creen.
Muchos son los líderes en el mundo que se sacrifican por su pueblo. Imitar a Jesucristo es el reto más grande y peligroso en un mundo de luchas constantes por el poder de un sector salvaje que atenta contra la vida misma y contra su entorno natural, justificándose en principios y leyes de economía global para sustraer desde lo más adentro lo que permitió su creación.
El espíritu de las personas vulnerables son la presa fácil del verdugo generoso. Falsos profetas se aprovechan de la necesidad del otro para llenar la necesidad de sí mismo, cada uno da lo que tiene; si para ti todo es dinero, darás al otro dinero; si para ti todo es amor, darás al otro amor. Cristo es bendito al lograr transformar las vidas de su comunidad, tanto que todos lo siguen por amor.
Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, ahora muchos dirán entonces, ¿a los que no son como él quien los hizo? Entonces, nos adentramos a nuestra época, y como en todas, siempre ha existido el Dios omnipotente, pero también dioses terrenales que los hace o se los inventa el mismo pueblo que no acepta el primero, por lo tanto, sus principios, valores, políticas, leyes y hasta la ideología son promulgados por el segundo hasta que se convierten en la verdad y la vida de quien los sigue.
Líderes de Colombia y el mundo se han convertido en dioses terrenales que se atreven a pecar desafiando al Dios supremo, Jesús, quien siempre tuvo el aval de Dios, nunca lo imitó, solo siguió sus mandamientos y leyes, es Jesucristo el verdadero líder de la política del amor, sigamos esa ideología: constituirnos en el partido del amor y tener el aval de Dios para seguir su proyecto divino de darnos amor y vivir en paz.
