El viernes 14 de mayo en la tarde Gustavo Petro se reunió con los empresarios judíos más importantes del país. Era la primera vez que un candidato de izquierda era llamado por ese gremio para explicarle al dedillo que, en caso de llegar al poder, no necesariamente el país entraría en una espiral de expropiaciones. Ese espaldarazo de empresarios otrora uribistas como Jean-Claude Bessudo desatanizan a un candidato que era visto como el mismísimo Príncipe de las Tinieblas para los ricos que temen compartir lo que tienen con los pobres mantenidos que en este momento han decidido salir a la calle a gritar su descontento.
Los movimientos que ha dado Petro ante la crisis han sido medidos, como avezado y conservador ajedrecista. Sin decir una sola palabra Gustavo Petro está viendo como el uribismo se cae a pedazos. Todos esos muchachos que no tenían 18 años en el 2018 han poblado las calles para decirle al gobierno que no se sienten representados por su represión, por su intolerancia, por el haberse arrodillado a las cuatro familias que manejan este país. Petro se ha moderado y, lo que necesita, es captar a todos esos tibios que votaron en blanco en la segunda vuelta del 2018. Para eso deberá romper con sus Levys, sus barras bravas.
La decisión de nombrar a Maria Antonia Pardo es una decisión absolutamente sesuda por parte de un candidato que necesita moderarse para que le creamos. Desligarse de barras brava que lo rodean da sensación de apertura. Algunos le tememos a Petro su tendencia autoritaria, su stalinismo, sus odios profundos, pero nombrar a Pardo, una mujer de ideas a liberales que además lo han criticado como la señora Pardo. Por supuesto mientras los que creemos en la Politica Real, los que sabemos que Petro debe moderarse -y de qué manera- para tener un gobierno estable, sin que lo interrumpa la extrema derecha, debe bloquear a los que quieren odio, a los radicales, a los que ven el mundo entre blanco y negro.
A Petro lo vi en Noticias Caracol el pasado domingo en la noche. Lo entrevistó Maria Alejandra Villamizar. La claridad, la inteligencia lo distinguen del resto de candidatos. La explicación que dio sobre el origen de la brutalidad policial fue de antología: los patrulleros más pobres nunca ascenderán dentro de la institución. Ellos también son víctimas del elitismo colombiano. Lo único que les queda es creerse el cuento de que juegan un papel en el estado combatiendo las drogas. Entonces el blanco más fácil es el muchacho del barrio. Los raquetean, los golpean, los meten en el calabozo. Hoy estos jóvenes han explotado y han gritado la molestia que les genera la policía. Una inteligencia económica y social alejada de la cartilla telepronteada de un gobierno tecnócrata como este de Uribe.
Yo quiero a ese Petro que se la juega por Maria Antonia Pardo. ¿Qué querían? ¿que nombraran a Levy Rincón? Esto es de política, de pensar el país desde la politica real y no desde la emocionalidad. Felicitaciones a Maria Antonia. Nadie como ella en redes sociales para saber comunicar.
