Una muy querida y hermosa amiga, que ha leído un pequeño artículo mío, publicado en la “Linterna azul” me escribe y me pregunta, con un tenue rumor recriminatorio, que por qué escribo con la derecha. Aclaro que la “linterna azul” sin duda se puede categorizar como una publicación cobijada bajo ese alero ideológico.
Le contesto, un poco en broma y otro poco en serio, que escribo con la derecha por la simple razón de no ser zurdo, pero que sin embargo casi siempre pienso y he pensado con la izquierda. Eso es como semejante a una frase que escribió, parece que Marx, de que hay gente que escribe con los pies y piensa con la cabeza. Parodiándolo yo podría decir que escribo con la derecha pero pienso con la izquierda.
Para no banalizar el tema ni la sugerente pregunta, debo agregar que las categorías de izquierda, centro y derecha, hace mucho tiempo las considero como a esa especie de ídolos que señalo Bacon para nombrar los prejuicios imaginarios que enturbian el entendimiento, falsifican la percepción e impiden comprender la realidad, negando el acceso a la probable conquista de evasiva verdad. Son entonces especie de fantasmas ideológicos. En este sentido tengo claro que las ideologías, sin duda, son muy útiles para ladrar y para protestar pero no muy válidas para comprender o emprender el desciframiento de lo real verdadero.
Además, creo que las dichas tres categorías aludidas, son más bien instrumentos de lo que pudiera denominarse una LOGICA PLANA. Designaciones para señalar posiciones en un espacio plano y yo quiero suponer que en el momento actual de la historia y de la cultura, privilegiadamente lo que impera y lo que se impone puede ser una LOGICA ESFERICA.
La realidad política y muchas otras realidades se nos vuelvan incomprensibles desde las perspectivas planas. Lo plano nos prodiga visiones y análisis limitados y excluyentes. Lo esférico posibilita una pluralidad enorme de puntos de vista, puntos de vistas que se eclipsan desde el centro, la derecha o la izquierda.
Claro que este pensar así me regala estimulantes confusiones. ¿La confusión no será una contradicción no resuelta? Me siento arrojado y de cabeza al movedizo y oscuro territorio de la incertidumbre. Cosa que no me intimida mucho pues son muchos los que hablan y pregonan una supuesta sabiduría de la incertidumbre. Por otra parte su majestad LA INCERTIDUMBRE, A partir de la formulación de Heissemberg, quedó convertida en un principio primordial para entender muchas de las cambiantes peripecias de la realidad. Juro que no estoy mamando gallo, que por lo demás es tan divertido.
Lo que sí quiero aclararle a mi querida amiga, es este haberme dado papaya, para poder botar este poquito de corriente sobre un tema que es largo y complejo y especialmente apasionado y apasionante. Y tan propicio para las veleidades heterodoxas.
Para redondear (el articulito) quiero contarle a ella y a mis presuntos lectores de derecha o de izquierda, los de centro me interesan poco, que durante muchos años he “ESCRIBIDO” para muchos medios de tendencias muy diversas y jamás mi mano derecha me impuesto alejarme de lo que piensa mi mano izquierda, o de aquello que ya no puedo llamar ideología de izquierda. Nunca he tenido militancia en esos coros vociferantes, pero si repugnancias viscerales contra las ideologías que desprecian la vida y envilecen la libertad y la dignidad humana.
Si no fuese algo que suena presuntuoso, podría decir que soy un humanista trasnochado, con simpatías y hasta con delirios anarco-existenciales. Alguien que en lo único que sabe creer es en la poesía, pues solo la poesía hace posible la realidad. Y porque solamente la poesía -ya lo expreso un poeta- es una prueba concreta de la existencia del hombre. Y si Dios existiese, también sería una prueba concreta y transparente de su existencia en el alma del SER humano.
Popayán abril 27 del 2020.