¿Qué piensan los perros en este momento de encierro y aislamiento por la pandemia? No lo podremos saber a ciencia cierta, pero la realizadora audiovisual Yovana Stella Vargas Pardo se planteó esta pregunta y trató de darle una respuesta creativa a partir de Nacho, un cortometraje que hace parte de la convocatoria Grandes historias con pequeñas cámaras, organizado por Smart Films, Canal Trece y MinTic.
La historia pone la cámara del otro lado, uno al que no se le ha prestado mucha atención: las consecuencias de la pandemia en la vida de las mascotas, que también están soportando los rigores del encierro —más del que ya tenían que soportar—, sin que para ellos hayan protocolos o tratamientos especiales durante el aislamiento.
Nacho es un perro bulldog inglés, que un día se impresiona porque Javier, su amo, de repente comienza a usar “bozal”. De un momento a otro, la vida del perro cambia y de una manera asombrosa. Así pues, a través de la perspectiva de este personaje perruno se crea una analogía con la nueva cotidianidad, que también han asumido los humanos en todo el mundo.
A lo largo de los casi seis minutos que dura el cortometraje se aprecia una visión del impacto de la pandemia, con la particular mirada de una mujer, que nos plantea una lucha universal: cómo el virus nos obligó a cubrirnos la boca y hacer un poco más por tratar de prolongar nuestra vida en la tierra.
Uno de los retos de la realización de este corto fue escoger la voz adecuada para que Nacho manifestara sus pensamientos. Ahí nos encontramos con el trabajo de Héctor González, quien logró matizar los sonidos característicos de un perro bulldog y con su voz crear ese tono de perro gruñón, adulto y que cuestiona lo que pasa a su alrededor. Todo esto sin llegar a tener el tono caricaturesco que es común en las historias con perros y que la directora del corto no quería.
Por otro lado, la dirección de fotografía en el proyecto también fue clave. Lograr seguir a la perfección los movimientos de Nacho, para conseguir sus mejores expresiones y que mostraran la intención que buscaba el guion técnico y literario, fue un desafío. En esta área, Hernando Castro, con la cámara montada sobre un gimbal, logró captar y entrar en intimidad con el can para mostrar lo mejor de él.
Por su parte, en la dirección el reto fue enfrentarse a un actor al que no se le pueden marcar acciones, sin contar con que los planos pensados debían ir a la par de las dinámicas del perro, por supuesto cuidando la dramaturgia del guion y el propósito de cada uno de sus movimientos.
Para todo el equipo de realización, Nacho es un film que estremeció sus vidas, porque durante horas compartieron con un perrito que buscaba atención y que quería ser el amigo de todos.
Este cortometraje que busca sensibilizar sobre el cuidado de los perros durante el aislamiento se estrenó ayer en la franja de Grandes historias con pequeñas cámaras de Canal Trece y con su apoyo busca llegar a exhibirse en los canales regionales del país. Un like en YouTube basta para lograrlo:
