“Andar por ahí, escuchando a la gente, conviviendo, para aprender de las mismas personas la mejor manera de servirles.”
“Esto comenzó 16 años atrás, en Manaos, donde un padre superior pensó en liberar dos o tres Jesuitas, no para hacer pastoral ni nada parecido, sino para andar por ahí, escuchando a la gente, conviviendo, para aprender de las mismas personas cuál es la mejor manera de servirles. Así nació el Equipo Itinerante, aunque prefiero llamarlo equipo vagabundo.” Recuerda Paco sentado en la casa de palafitos que fue la sede del Equipo hasta hace pocos días.
“Los indígenas en términos generales no son pobres, es decir, comen todos los días y llevan una vida parecida a la que quieren. El Equipo los ayuda en la lucha por la delimitación de su territorio, en el reconocimiento, para que puedan responder a las grandes empresas madereras o mineras. Los indígenas son los más perseguidos, pero los ribereños son los más olvidados, porque la pobreza urbana es otra cosa, tal vez ellos sean los más deshumanizados. Es con estos sujetos con los que queremos vivir y compartir. Hemos aprendido sobre su mística, sobre el sentido profundo que le dan a las cosas.”
Paco y Rafa son cuidadores natos. La vida y los derechos narrados por ellos adquieren una dimensión más humana.