Uno de los principales objetivos de la conversión de Coldeportes en un ministerio, en 2019, fue potenciar los resultados de los deportistas. Al mando de Ernesto Lucena, antiguo jugador de squash y amigo de Iván Duque de la Universidad Sergio Arboleda, la creación del Ministerio del Deporte se convirtió en una realidad que además tendría amplios recursos para desarrollo e inversión.
Sin embargo, la primera gran competencia y reto para el ministerio, los Juegos Olímpicos de Tokio, terminaron para la delegación colombiana sin los resultados esperados: solo cinco medallas y ningún oro, cuando entre los objetivos oficiales se esperaba alcanzar las 10 preseas. Este balance no se ajustó a los anuncios del hoy exministro Ernesto Lucena, quien salió de la cartera en julio pasado y fue reemplazado por Guillermo Herrera, quien durante la administración Santos fue viceministro de Vivienda cuando Luis Felipe Henao estuvo al frente de ese ministerio. Lucena y el presidente Duque presumieron el presupuesto más alto en la historia para el deporte: $ 670.000 millones.
Según el informe de rendición de cuentas 2019-2020, el presupuesto destinado para el funcionamiento del ministerio durante su primer año tuvo importantes inversiones en “apoyo al deporte profesional”. Más de $175.000 millones se destinaron en este rubro, que incluye a los deportistas de alto rendimiento, paralímpicos, escenarios de nivel profesional y montaje de pruebas y competencias en Colombia.
El resto del dinero está destinado a otras funciones del ministerio. La más importante está en los apoyos a la formación deportiva y la vida saludable, con estrategias en colegios y atención a adultos mayores. Se ejecutaron más de $180.000 millones para construcción de infraestructura, tanto recreativa como de alta competencia. Finalmente se invirtieron $53.000 millones en gastos de funcionamiento y $10.000 millones en la creación de un laboratorio antidopaje.
Al disgregar estos recursos, se encuentra que el plan de preparación de atletas de alto rendimiento fue avaluado en $27.502.197.000 para el período 2019. Estos recursos se destinaron a 421 deportistas de 49 federaciones. Así mismo, $23.106.168.068 se destinaron para asistir a estos organismos deportivos. El apoyo a los deportistas paralímpicos sumó además $5.332 millones, para 281 atletas con discapacidades motrices, cognitivas, visuales o auditivas.
Estos resultados muestran un panorama en el que se dejó de invertir a causa de la pandemia una cantidad importante de recursos. De los $105 mil millones que se iban a invertir en 2020 para todo el segmento de apoyo al deporte olímpico se dejaron de ejecutar $6.000 millones a causa de la pandemia. El impacto fue más notorio en proyectos de formación de base, donde se cerraron durante varios meses escuelas de formación y de búsqueda de talento.
El Ministerio destacó que, bajo el mando de Lucena, los recursos para apoyos de deportistas mediante el programa Colombia Tierra de Atletas y los giros directos a las federaciones se multiplicaron. Desde 2016 a 2020, los recursos de federaciones habrían pasado de $9.000 a $26.000 millones, prácticamente el triple. Pero el destino de los mismos no parece claro y está inmerso en una polémica por el objetivo de “posicionamiento y liderazgo deportivo” que se concentra en participación en competencias de alto nivel.
Un ejemplo es el apoyo a la Federación Colombiana de Ciclismo. La entidad creó en 2019 un equipo continental que compite en las carreras profesionales de Colombia y algunas del calendario de Sudamérica y Europa, con corredores sub-23 y femeninas. Aunque el equipo ha tenido resultados importantes, se decidió a principios de 2021 invertir un estimado de un millón de dólares (más de $3.700 millones a la tasa del momento) para patrocinar al equipo Education First de Rigoberto Urán.
Además, en federaciones como la de Levantamiento de Pesas hubo acusaciones de injerencia de Lucena en decisiones técnicas. El ministro habría exigido revertir el cambio del entrenador Osvaldo Pinilla, quien había liderado el proceso que llevó a cuatro medallas en las olimpíadas de Londres y Río. Además, el escándalo de dopaje de tres pesistas habría puesto nuevas peleas que, finalmente, estallaron con las acusaciones mutuas de falta de recursos que enlodaron la medalla de Luis Javier Mosquera.
También se deben tener en cuenta los $3.900 millones para el montaje de eventos en Colombia que incluyeron los Tour Colombia de ciclismo, partidos eliminatorios de la Copa Davis de tenis y campeonatos panamericanos y mundiales en deportes como boxeo, arquería y esgrima.
Finalmente, el objetivo de “posicionamiento y liderazgo deportivo” ha hecho que el logo de Colombia Tierra de Atletas se vea en competidores de deportes que no están en el calendario olímpico. Es el caso del automovilismo: pilotos como Tatiana Calderón en la Fórmula 2 y la Súper Formula de Japón, Carlos Tunjo en el GT europeo y Gustavo Yacamán en la copa IMSA de Estados Unidos recibieron apoyos públicos para sus competencias. Esta misma plataforma de visibilizar llevó al patrocinio del Education First.
La administración de Lucena termina un ciclo olímpico en el que se conjugaron varios factores, como la falta de renovación en los deportistas del medallero y las dificultades de preparación por la pandemia. El nuevo ministro Guillermo Herrera tiene un año para poner las bases del ciclo que llevará a París 2024. Su labor será trabajar de la mano con el Comité Olímpico Colombiano para hacer más eficiente el manejo de los recursos del deporte de alto rendimiento en un período de austeridad, y permitir que el nuevo ministro que sea nombrado en 2022 continúe con esta labor para volver a ver a los deportistas colombianos en lo más alto de los podios.