No debe extrañar a nadie que el alcalde Gustavo Petro haya traído de las gélidas calles londinenses a las ahuecadas vías bogotanas la última maravilla en remiendo de carreteras. “Yo mismo fui hasta Inglaterra en donde está el propietario de la máquina”, dijo.
Como Aureliano Buendía cuando conoció el hielo, Gustavo Petro pagó unos peniques para poner su mano en el armatoste y como posando para la historia, debió exclamar: “¡este es el mejor invento de nuestro tiempo!”.
El caso es que el alcalde alquiló la novedosa maquina “tapa-huecos”, por de 11822 mil millones.
En efecto, el 27 de diciembre del año pasado –un día antes del día de los Santos Inocentes-, la Unidad de Mantenimiento Vial celebró con la empresa Green Patcher Colombia SAS el contrato No. 638 para inyectar de asfalto, en un término de 6 meses, al menos a 60 mil de los 220 mil huecos que se encuentran descansando en las calles, según UMV.
Versiones no oficiales aseguran que junto con la “tapa-huecos”, el alcalde también adquirió la famosa “máquina atrapa-ladrones”, se dice que la idea era implantarla en la Plazoleta de San Victorino. Según la leyenda urbana la máquina “detecta-ladrones” fue robada por desconocidos el mismo día de su funcionamiento. Nada se sabe.
Lo que sí se supo fue que en la empresa Green Patcher figura como suplente del gerente general el actor Juan Pablo Posada, quien trabaja fabricando ladrillos para la televisión y ahora agota su tiempo libre inyectándole asfalto a las calles. También se sabe que la empresa fue multada con la suma de 650 millones de pesos por no cumplir con los plazos y que después pidió una suspensión del contrato por 45 días, luego reanudó sus actividades y que en este mes de noviembre se cumple el tiempo de seis meses y a pesar de tener 3 de estos aparatos trabajando, solo ha podido cumplir con el 5% de la meta.
En visto de esto, la Unidad de Mantenimiento Vial espera prorrogar el contrato de Ciencia y Tecnología No.638 de 2013 por 11 meses más, sin verificarse, supone uno, si la calidad del trabajo amerita que se siga a futuro utilizando esta tecnología.
Tampoco se sabe si la prorroga implica mayor número de intervenciones en las vías afectadas, pues con el curso del tiempo irán apareciendo nuevos huecos y si el ritmo de trabajo se agilizará, porque de seguir a este paso, al cabo del tiempo de la prórroga solo se habrá tapado solo 6205 de los 60 mil huecos que se tiene como objetivo y si se pretendiera recubrir el total de los 220 mil agujeros de las vías, a ese paso, la Green Patcher tendría que cerrar 27 troneras por hora en los próximos once meses.
Según los reaccionarios al progreso o al progresismo y que no creen en la política del amor(tiguador) lo de la máquina “tapa-huecos” no es sino un embeleso más del alcalde y que su presencia durará todo el tiempo que los críticos la señalen. Otros, en cambio consideran que es novedoso que se logre tapar un hueco de un metro cúbico en la quinta parte del tiempo con un valor de 70% menos de lo normal tal y como se prometió.
Pero si la historia con la “tapa-huecos” resulta una idea genial, el alcalde piensa volver a Europa porque quedó conmovido con otros inventos que implantará en Bogotá como la ametralladora de cañón curvo, muy apta para que la policía dispare en su retirada; un puente peatonal plegable para perros callejeros y un cobo mágico de un solo color para que su equipo de asesores desarrollen las habilidades y destrezas, sobre todo en cuestión de contratos de ciencia y tecnología.
