Fausto pide que en esta nota quede claro que él nunca ha parado. Parece un detalle menor si no fuera porque tiene 73 años y pasó por duros momentos: una caída que lo mandó un mes al hospital, el robo de una caja fuerte que tenía varias grabaciones y, peor aún, la muerte de su padre en la pandemia que para él fue algo devastador y difícil de comprender. ¿Qué pasó con Fausto? ¿A qué se dedica ahora?
En la actualidad, el artista reside en Medellín y tiene un nuevo emprendimiento: una empresa familiar dedicada a los productos naturales llamada Arte Sana. Años atrás, también creó en Estados Unidos una empresa de importaciones y exportaciones que tuvo que cerrar al no poder competir con los bajos precios de las mafias y que, posteriormente, intentó continuar en Colombia. Y mientras, claro que cantaba, grababa, se presentaba en canales regionales y giraba por el país porque la música siempre ha estado con él.
Ahora vive con su segunda esposa María Patricia Álvarez y, en cierta medida, con el exesposo, quien se convirtió en uno de sus mejores amigos. A ella la conquistó con la complicidad de la naturaleza, dedicándole música en una fiesta mientras un pajarito lo acompañaba en el canto.
Según cuenta, muchos seguidores le han confesado que también se enamoraron con su música, algunos hasta tienen miedo de que algún día, él les mande una cuenta de cobro.
Dentro de pocas semanas, viajará a Atlanta y se reunirá con el maestro Gustavo Arenas, quien también ha trabajado con colegas suyos como Billy Pontoni, Vicky o Isadora. Así, remarca que, si Dios lo permite, lanzará nueva música.
Luis Javier Piedrahita, nombre real del artista, es una persona religiosa que tiene muy clara su filosofía de vida. O al menos, así lo parece cuando habla sobre las enseñanzas de los sacerdotes que tenía su familia y menciona cada frase como si fuera extraída de un libro: “La ignorancia es vivir más en lo transitorio que en lo eterno”, comenta en esta entrevista. Para ser precisos, su propio seudónimo está inspirado la obra Fausto del escritor Johann Wolfgang von Goethe.
¿Cómo nace Fausto De América?
Fausto comenzó su carrera musical cuando era un adolescente, a raíz de un despecho amoroso, que también le significó su primera borrachera y su debut como compositor: “Beber para qué”. Una desventura que según cuenta le dejó dos grandes regalos: su capacidad de inventar letras que conmovieran a sus seguidores y la sabiduría para entender que jamás volvería a afrontar sus problemas con el alcohol.
Ahora, el público lo recuerda por sus mayores éxitos: “Soñando con el abuelo”, “Susana”, “Te inventé”, “Agua caliente”, este último de autoría de la cantante brasileña Martinha. Consciente de esto, se inventó el formato Cantando historias, donde a través de su canal de YouTube ‘Fausto De América’ va contando detalles poco conocidos de sus composiciones.
Ahí cuenta cómo una de estas canciones nació a partir de una huelga de músicos o resalta la importancia de la poesía en sus creaciones, una virtud que lo ha marcado desde sus primeros trabajos. Por ejemplo, recuerda el día que escribió la frase que dio inicio a su carrera: "Estoy solo en este mundo, sin tus labios, sin tus besos y a cada instante que pasa me siento morir sin ellos". En otros de los videos, lamenta los momentos en que nuestro país ha tocado fondo y el que grandes figuras como el maestro Fernando Botero hayan tenido que irse.
A Fausto lo benefició que en su época dorada fue firmado con contrato de exclusividad por la disquera española Hispavox, que también manejaba a Raphael o Paloma San Basilio y que se enfocaba en artistas latinos, pero ese mismo detalle también le jugó en contra cuando empresarios interesados en imponer la música en inglés, compra la discográfica y deciden no darle continuidad a este tipo de estrellas.
Entonces lo llamaban Fausto de Colombia, que posteriormente se convertirá en Fausto de América, cuando comience a hacer más giras internacionales.
Las enseñanzas de “Soñando con el abuelo”
Fue a partir de este tipo de conclusiones que nació su gran éxito “Soñando con el abuelo”, que muestra a un hombre recordando tiempos mejores a través de recuerdos familiares.
El año pasado, Fausto se volvió viral por ir a una marcha contra el gobierno de Gustavo Petro y cantar la canción allí, pero él aclara que no le interesa meterse en política, ni mucho menos ocupar cargos públicos, que lo suyo es simplemente preocupación ciudadana. Piensa que en el mundo tienen que venir verdaderos cambios.
Lo que sí le preocupa es la inteligencia artificial y respecto a ella, el hecho de que existan personas que no entiendan que esta jamás reemplazará las virtudes humanas. Según él, nadie podrá entender cómo un hombre sin audición como Beethoven pudo plasmar algo como la Novena Sinfonía y un algoritmo ni siquiera podría interpretarla en toda su complejidad.
Explica que, aunque no tiene nada en contra de la música contemporánea, para él eran muy importantes los principios inculcados por su familia a la hora de hacer música, algo que siente que en ese mundo ahora se ha perdido en pro de la búsqueda del lucro económico. El problema sería la falta de espiritualidad, explica.
Por eso, también aclara que no hay que dejarse llevar por la fama, ni creer en ídolos, y que los contenidos, como las canciones, están hechos para servir.
Así, aferrado a sus creencias, no solo las religiosas, Luis Javier Piedrahita sigue compartiendo frases dignas para la memoria. Después de todo, reflexiones como “no se amañe con colores ni banderas de apariencias”, que hacían parte esta canción que fue uno de sus mayores éxitos, son útiles para la vida diaria. No solo para la política.
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