La Mansión Playboy, escenario de legendarias fiestas, es también una marca ineludible de Hugh Hefner. Pero el hombre hace un año vendió el mítico inmueble con una condición: poder seguir viviendo allí hasta el fin de sus días. Ese día llegó ayer, cuando falleció en una de esas habitaciones. ¿Y entonces? ¿Qué pasará con la casa?
Ahora quien se hará cargo será el nuevo dueño, un excéntrico hombre de negocios de 33 años cuya fortuna fue estimada en 2.400 millones de dólares por la revista financiera Forbes.
La propiedad de dos hectáreas tiene 29 habitaciones, una sala de juegos, una sala de teatro, un depósito de vinos y la famosa piscina en forma de cueva donde las conejitas celebraron con todo tipo de celebridades. Además, tiene licencia para albergar un zoológico, algo inusual.
En junio del año pasado la mansión se puso a la venta en 200 millones de dólares y tuvo un rápido comprador: un vecino de Hefner, el multimillonario Daren Metropoulos, quien ya le había comprado en 2009 la propiedad contigua a su mansión en 18 millones de dólares. Pero en el contrato figuraba una condición extraña, que la casa se vendía, pero con Hefner adentro.
Su nuevo dueño no tuvo inconvenientes. Metropoulos, un hombre de negocios de 33 años, hijo del magnate C. Dean Metropoulos, cuya fortuna fue estimada en 2.400 millones de dólares por la revista financiera Forbes, dejó al emperador del erotismo que siguiera viviendo entre sus paredes.
Por eso ahora aquel mítico lugar, donde dicen que Elvis habría dormido con ocho Playmates a la vez o donde John Lennon quemó un Matisse al dejar tirado su cigarrillo, quedará en poder de Metropoulos.
¿La destruirá? No. ¿La mantendrá de la misma manera? Tampoco. ¿Qué planes tiene? Muchos. Cuentan que su deseo desde que la compró es unificarla con el lote que ya tenía en Holmby Hills (California) y crear una suerte de centro de atracciones para adultos.
El joven está decidido a disfrutar de la buena vida gracias a la fortuna que generó su padre, un griego que a los diez años emigró a Estados Unidos con su familia. El apellido cobró mucha fama al revivir varias golosinas, snacks y alimentos que regresaron a las góndolas de los supermercados, como Duncan Hines, Hungry-Man, Vlasic y Twinkies.
En ese contexto, no resulta extraño que Daren tuviera a mano 200 millones de dólares para comprar la mansión Playboy, lugar al que tuvo su primer acercamiento público cuando en el 2013 se organizó en ese lugar una fiesta conducida por el rapero Snoop Dogg.
El futuro de la mansión Playboy entra, entonces, en una nueva etapa. Será Metropoulos ahora el encargado de decidir todo lo que pase adentro de ese lugar, para muchos, soñado.
