En el 2015, tres jóvenes de Pitalito torturaron a Dominic: lo amarraron a un poste, lo golpearon prolongadamente con patadas, puños y objetos contundentes y luego lo ahorcaron ante la mirada consternada de los pobladores que pedían clemencia para este Bull Terrier que momentos antes había mordido a uno de sus asesinos porque este intentó ingresar a la casa de sus dueños.
En lo corrido de 2018 se han presentado en ese municipio por lo menos 120 casos de maltrato a perros y gatos, que van desde apuñalamientos en vía pública, envenenamiento y actos dantescos como la aparición de decenas de colas tiradas en los pastizales aledaños al pueblo como si se tratase de una abominable corrida de toros exhibiendo sus trofeos.
Parece que el maltrato animal y la intolerancia se volvieron política pública en este municipio. Muchos señalan que existen escuadrones que se dedican a asesinar a diestra y siniestra a las mascotas, sin que la administración mueva un solo dedo para frenar la ola de intolerancia que reina en esta región del Huila. Al parecer es esta la macabra forma cómo se está realizando control a la población de animales.
No solamente las mascotas han sido las víctimas de los sádicos en Pitalito, también ha habido repetidos casos de caballos atacados a machete. Ni la fauna silvestre se salva de los dementes, a finales de enero apareció amarrado a una cerca un gavilán; aún con vida y con las alas extendidas fue torturado hasta ocasionarle la muerte por inanición.
Los grupos animalistas de Pitalito y sus alrededores hacen esfuerzos enormes para contener los actos indolentes contra los animales que vienen ocurriendo. Se han organizado plantones, marchas y jornadas de concientización a la población, enfatizando en el respeto y cuidado hacia los indefensos. Sin embargo, algunas personas o instituciones municipales no parecen ver con buenos ojos la ayuda que las fundaciones brindan, por lo que disponen de todo tipo de trabas para impedir las manifestaciones pacíficas se lleven a cabo.
En la página Change.org se elevó una petición para lograr presionar a la alcaldía de Pitalito, en cabeza de Miguel Rico, a investigar los miles de casos de asesinatos a animales que se viven en la zona.
La Ley 1774 de 2016 sobre protección animal, que ha brillado por su ausencia en el país desde su entrada en vigor, tiene especial olvido en la jurisdicción de Pitalito, porque evidentemente allí se está presentando un movimiento sistemático de exterminio contra los animales, del que existen videos, fotografías, testigos directos y denuncias públicas, pero hasta la fecha ninguna captura.
