Cuando una persona quiere realizar una compra o un pago de servicios a través de internet generalmente debe ser cliente de un banco, por lo que esa compra o pago virtual se traduce en una transacción bancaria. Cuando quiere comprar un artículo y no tiene el efectivo suficiente entonces pasa su tarjeta débito, otra transacción bancaria. Cuando quiere enviar su dinero a un pariente en otra ciudad aplica el sobrecargo por cantidad y distancia. La mayoría de acciones y servicios necesarios para la vida se transforman en transacciones bancarias.
Satoshi Nakamoto (que puede ser una persona o grupo de personas) diseñó un sistema P2P de dinero digital en el que transacciones como las que acabamos de describir se realizan sin la necesidad de un intermediario o de pagar una comisión, es decir, de persona a persona. Este dinero fue llamado bitcoin y existe sin la necesidad de un sistema bancario o gubernamental que lo acompañe. Lo único que acompaña al bitcoin es su respaldo: el blockchain.
El blockchain permite el almacenamiento, la transmisión y la confirmación de las transferencias que se realizan con criptomonedas o monedas virtuales. Esta tecnología de la que se dice posee altos estándares de seguridad y privacidad está reemplazando a las transacciones bancarias, los bancos quizás aún no están enterados debido a que el número de personas que utilizan el dinero virtual no afecta significativamente el volumen de sus ganancias.
En la actualidad además de bitcoin existen otras criptomonedas con variadas características como ethereum, ripple, dogecoin y litecoin, las cuales se respaldan con blockchain. Amplios sectores poblacionales empiezan a tener acceso a información al respecto por lo que cada vez más personas adquieren su wallet o empiezan a relacionarse de alguna manera con el dinero virtual; de esta forma se percibe de manera seria que algunos servicios que actualmente presta el sistema bancario dejarán de ser necesarios.