De lo acontecido el pasado domingo vale la pena resaltar los aspectos positivos por encima de los negativos, en una actitud constructiva y en aras de avanzar.
Positivo.
- Votación histórica de once millones setecientos mil ciudadanos que fueron a las urnas por una causa justa, la lucha contra la corrupción, sin distingo de partidos, banderas, colores o líderes.
- Mensaje político contundente al poder ejecutivo y legislativo. Si bien no se alcanzó el umbral para tener validez, la votación obtenida es un claro mandato que merece ser aprobado vía legislativa sin mayores ambages, ya que es una señal inequívoca de que el país sí está cambiando.
- El papel de los jóvenes, más de 80 mil asumieron con entereza el voluntariado de la consulta a lo largo y ancho del territorio nacional, repartiendo volantes de sol a sol, sin dinero ni canonjías de por medio, solo con convicción y voluntad de marcar el camino del cambio.
- Por primera vez en la historia se hace una consulta popular de este tipo, que además superó las expectativas de los más escépticos, fomentando la cultura ciudadana de participación tan precaria históricamente.
Negativo.
- No alcanzamos el umbral, nos faltó el centavo para que no nos robaran los pesos, poco más de 450 mil votos para hacer realidad los primeros pasos contra la corrupción.
- Las regiones más golpeadas por la corrupción se destacaron por el abstencionismo, en especial, la región Caribe.
- El alcalde más popular de Colombia, Alex Char, no movió un dedo, no se puso la cachucha a favor de la consulta anticorrupción.
Reflexiones.
- Exaltar el papel de Claudia López y Angélica Lozano para llevar adelante contra viento y marea la consulta, desde la recolección de las firmas, el aval del Congreso y la pedagogía para convencer a los colombianos de sus bondades. Para ellas y su equipo un fuerte aplauso.
- En las regiones en las que primó el abstencionismo, antes que señalar o estigmatizar, debemos redoblar esfuerzos para inspirar y motivar a los ciudadanos de que votar es un acto indispensable para construir democracia.
- Si bien la consulta era de todos, era indiscutible que su liderazgo tenía nombres y apellidos. Nos sigue faltando grandeza para apoyar causas justas, indistintamente de quien las promueva. Esta es una de las grandes lecciones que debemos aprender.
- El camino está expedito para hacer el cambio, marcar la diferencia. Antes no contábamos con tanto respaldo electoral para motivar a la ciudadanía a votar, ya es una realidad, es cuestión de ser inteligentes, unirnos y hacer propuestas que le lleguen al corazón y a las mentes de los colombianos.
El próximo reto: elecciones locales 2019
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