Lo primero que sorprende de Mañanas Blu es la escasez de panelistas o periodistas mujeres. En mis recientes escuchas del programa he detectado tres: Vanessa de la Torre, Paola Ochoa y Luz María Sierra. En cambio, escuchamos diariamente a diez hombres: Morales (director), Zuleta, Suárez, P. Linero, Forero, Hernández Bonnet, Uribe, Riveros, Ceballos y Ospina.
En la entrevista que pondré de relieve dos hombres preguntaron a una mujer. Los panelistas, cuando se les ha interpelado en redes sociales por su ausencia a la hora de preguntar a los entrevistados, han respondido que esta tarea solo la cumplen los periodistas y ellos intervienen en el posterior debate. Tal vez el 21 de junio no había periodistas mujeres en la mesa.
La entrevista en cuestión fue dirigida por Néstor Morales a la senadora Claudia López. El audio completo está en la página web de la emisora. De ahí extraje la totalidad de los siguientes apartes. El director hace la introducción relatando el incidente que se dio entre la senadora y el senador Alfredo Ramos Maya el día anterior. Morales insiste en llamar al incidente “agarrón”, por lo que la primera reacción de la senadora es negar que pueda llamarse así al suceso de la noche anterior. Aquí pregunto: ¿usted, señor lector, lo llamaría así? Para periodistas, ¿ante la petición de evitar ese término por parte del entrevistado directamente afectado seguirían calificando el evento con esa palabra?
La senadora posteriormente califica el hecho como acto de machismo y de violencia de género y dice: “Hablemos poniendo las cosas en sus términos (…) Por eso es que en esta sociedad matan a una mujer cada cuatro días y lo que terminan diciendo es que quién sabe que habrá hecho, que se lo buscó…”. Morales responde: “Pero ahora señora senadora yo soy el responsable de los feminicidios que hay en Colombia, le parece a usted…” ¿Esto es acaso lo que dijo la senadora?
Luego interviene Felipe Zuleta y dice que en caso de que el senador Ramos no se hubiera declarado impedido para el debate de esa noche, la senadora López hubiera terminado diciendo que sí debió haberlo hecho porque su padre está investigado. Respuesta de la senadora: “Entonces inventémonos lo que yo no dije para cuestionar lo que yo dije y no lo que el senador Ramos dijo”. ¿Es válido para el entrevistador hacer este tipo de hipótesis al aire?
Después, ante una inexactitud de Morales, la senadora lo reta a que lea la palabra “prueba” en su trino, reto que no puede cumplir el director del programa porque naturalmente no había sido escrita por López. Finalmente remata con esta pregunta: ¿usted cree que por ser mujer puede decirle a una persona que su papá es criminal? Respuesta: “Yo creo que por ser mujer u hombre, eso no tiene ninguna relevancia, puedo, como es mi trabajo, cuestionar con fundamento jurídico y político un hecho real y cierto, como lo hice ayer. Y esas palabras que tú estás poniendo, las estás poniendo tú”.
¿Es respetuoso dedicar una entrevista a poner palabras en boca del entrevistado que evidentemente no dijo? ¿No había preguntas más inteligentes y acertadas para abordar el tema? ¿Es ese el periodismo que tiene tanta audiencia?
