Se siguen muriendo por desnutrición los niños en la Guajira y las causas giran alrededor del cambio climático, la cultura wayuu, los malos y corruptos funcionarios locales, el centralismo, el cierre de la frontera con Venezuela, etc., etc… Sin embargo, uno de los actores principales de esta tragedia, que sin la menor duda se replica en muchísimas de las poblaciones indígenas y de los campesinos pobres del país, está pasando de agache. Se trata nada menos que de los partidos políticos y de los prohombres que manejan la mayoría de ellos. Es hora de desenmascararlos y de pedir que asuman la gran responsabilidad que tienen en esta tragedia nacional y en las otras que seguramente se destaparán más temprano que tarde.
Cambio Radical apoyó sin que le temblara el pulso, la casta política que se ha robado literalmente el departamento de la Guajira. Y llega a la contienda por la Presidencia del 2018 con la carga de niños muertos porque ese grupo ha saqueado los recursos destinados a alimentarlos, a darles salud, agua potable, y todo lo básico que un ser humano necesita. El Partido Liberal, perdió la vergüenza hace mucho tiempo y también apoyó a gente en muchos departamentos del país, que no están en la cárcel de milagro. El Partido Conservador ha hecho lo propio y en Córdoba donde ha dominado también el uribismo y antes el liberalismo, se encuentran focos de verdadera miseria. Lo mismo sucede en Sucre, Cesar para no hablar del Magdalena donde el concubinato con parte de la clase dirigente de ese departamento, no conoce la palabra transparencia en el manejo de lo público. ¿Y quién los respalda? Nada menos que los partidos políticos.
De frente o tras bambalinas, han aprobado
cuando no promovido a los ineptos y corruptos
que han manejado el departamento de la Guajira y la mayoría de las regiones del país
Pero eso sí, sus grandes figuras siguen incólumes, no han matado una mosca. De frente o tras bambalinas, han aprobado cuando no promovido a los ineptos y corruptos que han manejado el departamento de la Guajira y la mayoría de las regiones del país. Y nada les pasa, nadie se atreve a pedirles explicaciones a los directores de los partidos políticos por los nombramientos que promueven y por las personas honestas pero no serviles, que frenan descaradamente.
En síntesis, los partidos políticos de este país están pasando de agache en esta tragedia nacional que ya muestra hechos similares en otras comunidades indígenas y hasta en zonas pobres de Bogotá. Nuestros niños desvalidos, no han sido prioridad para estos jefes de agrupaciones políticas que lo único que les importa es obtener votos y ganar elecciones así sea con bandidos.
La sociedad colombiana tiene que reaccionar y no permitir que la culpa la asuman exclusivamente fenómenos de la naturaleza o la cultura, cuando la verdad es que si la Guajira y muchos otros departamentos con crisis sociales, estuvieran manejados por los mejores y no por los lacayos de los jefes de las agrupaciones políticas, otra sería la historia. Mientras nadie toque a estos partidos cuando de identificar culpables de tragedias se trata, Colombia no tendrá futuro y los colombianos más débiles, seguirán muriendo prematuramente así el gobierno nacional trate de hacer lo máximo que pueda.
Como ciudadanía, ahora que se puede protestar sin que se nos asocie con las Farc, pidámosle cuentas a los partidos políticos y a sus prohombres sobre la tragedia de los niños de la Guajira antes de que empiecen a salir las otras crisis causadas por la politiquería. Bajemos del pedestal a estos dirigentes políticos que con su aberrante clientelismo han contribuido descaradamente a los saqueos en las regiones, apoyando gente corrupta pero con votos. Que se les acabe su reinado.
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