Uribistas, es decir, bravucones guerreristas, demostrad vuestra valentía. Id a entregar vuestras vidas por vuestro dios Uribe. Os espera la gloria, la inmortalidad, el beso y el abrazo de vuestro führer. A la guerra, mis muchachos uribistas, sois el orgullo de la patria. Sobre vuestra sangre de héroes derramada se construirá el Tercer Reich, el imperio de la esclavitud y el régimen del terror.
Que suenen címbalos, flautas, tambores, trompetas y rujan salvas de cañones. Sacad las banderas color rojo escarlata, rojo sangre, entonando el himno a las juventudes o senectudes furibistas, acudid al llamado de vuestro amo y señor. Seréis inmortales, eternos. Id, avanzad, no le deis cuartel a los otros bandidos.
Atravesad colinas, someted cordilleras y páramos, y con vuestras ridículas botas hitlerianas someted también a vuestros enemigos. Hollad selvas, serpientes, insectos venenosos, pantanos, comed hasta mierda por vuestro señor de los cielos. A la guerra, uribistas, vosotros que votasteis el no a la paz, vosotros que elegisteis a Uribe dos o tres veces y que luego lo apoyasteis para que impusiera el régimen del terror en tiempos de paz.
Avanzad sin cobardes temblores de niño, de niña mimada de papi y mami. Acudid vosotros que tenéis por credo el odio y la venganza, vosotros que sois los adalides del heroísmo patrio. Marchad hacia la furibunda batalla. No seáis tan bellacos y cobardes como para enviar a combate a los que odian la guerra y aman la reconciliación.
No permitáis que otros derramen la sangre que a vosotros os corresponde. Vuestro sueño se ha hecho realidad. Qué viva la guerra de los bandidos contra los bandidos. En nombre del dios de la furia que solo los uribistas vayan a la guerra. Amén y amén y otro amén.