Solo espero que la historia nos perdone... A los del centro, a los de este lado o los del otro lado. Pues de lo que hoy hagamos con nuestro país en las urnas, dependerá en gran manera cómo vivan y convivan nuestros hijos a futuro.
Por eso, defendamos con ahínco aquello en lo que creemos, pero no cerremos una puerta, ni pactemos una bronca... No perdamos un amigo, al menos no por política. La historia nos ha enseñado que morir es un acto que va desde la valentía hasta la estupidez.
Entendamos entonces que la Colombia de hoy es otra, que nada de lo injusto podemos callar, pero que nunca un grito será la mas sabia de las salidas, y hasta las discusiones de altura intelectual, como las de Gabo y Vargas Llosa, no siempre terminaron bien.
Este no es el único país donde a la gente le encanta hablar de política, pero los corruptos, de uno y otro bando, han logrado fisurar tanto a nuestra sociedad, que en algún momento esa fisura podría hacerse fractura, y tal vez mañana, al paso que vamos hablar de política podría ser un delito grave.
A quienes ayer se alzaron en armas, vamos a recibirlos en el seno de nuestra sociedad, pero no por eso olvidemos exigirles no solo la verdad; también la reparación, que a falta de justicia, resultaría un bálsamo de alivio en la tragedia de las victimas.
Finalmente a todos los candidatos a la presidencia de Colombia: Es obligación de ustedes hacer alianzas responsables, cuyo fin no sea solo lograr el poder, sino para que una vez en ejercicio de ese poder, puedan tener un gran equipo, no para seguir desangrado a nuestra nación, sino para que unidos puedan reconstruir a esta, nuestra valiosa democracia, que hoy mas que nunca está amenazada por nosotros mismos, los colombianos.
Ojalá que la patria siga siendo grande, que no nos equivoquemos a la hora de elegir y que finalmente la historia nos absuelva; a los de centro, a los de este lado y a los del otro...