Independientemente del ganador en las presidenciales, ya hay un cambio importante en las fuerzas de poderes en el Congreso de la República de Colombia. Este cambio en la configuración del Legislativo le da un peso muy importante al progresismo, lo que seguramente se verá reflejado en las políticas económicas del país.
Ya es un hecho que Colombia hoy es más progresista que ayer, al menos en la nueva composición del Congreso.
Por esta razón, de nada sirve caer en un negacionismo y en una lucha absurda de argumentos teóricos sobre la conveniencia o no del progresismo. Colombia necesita ser más igualitaria y justa, necesita cuidar más el medioambiente, necesita proteger más a sus líderes sociales y mejorar su sistema de salud, pensión y educación y eso solo se puede lograr, equilibrando más la balanza, con un Congreso más democrático y plural.
Así que señores ciudadanos y empresarios, este cambio será positivo y a todos nos beneficiará. Si no nos enfrascamos en odios infundados, en persecuciones políticas injustificadas, desgastando el aparato judicial con montajes y demandas improcedentes.
Lo mejor es aceptar la nueva configuración del “algoritmo del poder”, con sentido crítico y buscar nuevas formas de mejorar la calidad de vida de todos los colombianos, al mismo tiempo que aumentamos la productividad del país. Que la guerra solo sea de las ideas.