En días pasados tuve la oportunidad de cruzar trinos en X (Twitter) con el profesor Gregorio Lury, una autoridad con reconocimiento mundial en temas educativos; es tal vez el filósofo más respetado de la Universidad Rey Juan Carlos en España.
Hablamos sobre un supuesto modelo educativo implementado en Japón que publicitaron en redes sociales y que al final, después de que Lury consultó con la embajada de Japón en Barcelona resultó siendo fake.
Sin embargo para fines ilustrativos no dejaba de ser llamativo; tanto así que una reconocidísima académica mexicana lo citó dos veces en sus columnas.
Un modelo educativo con sólo cinco materias, que enseñe dos idiomas y que exija a los estudiantes leer 50 libros al año estaría llamado a triunfar.
Los estudiantes están tan saturados de materias que difícilmente pueden recordar las que tendrán que ver mañana.
Lury hablaba de la necesidad y de la importancia de la educación como el único vehículo de ascenso social, la mentalidad traqueta que tenemos en Colombia y la cultura de la ilegalidad no puede combatirse con fusiles.
El eminente catedrático brasileño Paulo Freire sostiene que la educación es el acto político por excelencia. Seríamos incongruentes si no consideramos la docencia como la profesión más importante que hay en el mundo, si por ahora no se puede exigir a los estudiantes que lean 50 libros en un año, por lo menos para los profesores si debería ser obligatorio.