El proceso electoral en Estados Unidos es de interés mundial, especialmente en América
Latina, ocupando secciones enteras en los portales de noticias debido a su influencia en la
región. Esta vez, la convergencia de gobiernos progresistas en Washington y Bogotá abre
un espacio para reflexionar sobre los posibles impactos en la relación entre Estados Unidos
y Colombia. Ambos gobiernos, aunque distintos en sus realidades y retos, comparten una
inclinación por políticas de izquierda y un compromiso con ciertas ideas progresistas. ¿Qué
significa el triunfo de Donald Trump, candidato republicano, para Colombia y
cómo podría influir en la cooperación entre ambos países?
Un cambio en el tono de las relaciones
En años recientes, Colombia ha experimentado una transformación política significativa,
siendo la administración de Gustavo Petro la primera de izquierda en la historia del país. En
Estados Unidos, si bien el gobierno de Biden se percibe como de centro-izquierda, sus
políticas sociales y ambientales se alinean con un enfoque progresista que resuena con
prioridades del gobierno colombiano actual. Un cambio de alineación ideológica en el país
norteamericano podría percibirse como una falla en los gobiernos progresistas, un retroceso
y una pérdida de popularidad de este modelo en los países que se estructuraban en este
espectro; sumado a esto se tendría que considerar una nueva configuración en los temas
sensibles que comparten las regiones, como el cambio climático, los derechos humanos y la
justicia social. Es difícil que un gobierno dé continuidad a las propuestas cuando no se
comparten ideales.
Atentados y Polarización: El impacto de la retórica política
Dos han sido los atentados contra el candidato Donald Trump durante el segundo trimestre
del año. Estos intentos reflejan una imagen errónea de la oposición, que después de los
hechos expresó mensajes de ánimo y paz, sin embargo Trump habló por medio de Fox
News Digital y culpó a la "retórica" de sus rivales Joe Biden y Kamala Harris por el último
atentado contra su vida, diciendo que el presunto atacante "actuó en consecuencia" por el
"lenguaje altamente incendiario" de los demócratas. Imagen similar a lo que se ha querido
exponer sobre los partidos de izquierda en Colombia, algunos fundados por ex
pertenecientes a grupos al margen de la ley, razón usada para desestimar su gobierno.
Un atentado a un candidato presidencial republicano refleja una imagen penosa de las
intenciones demócratas y las supuestas acciones para llegar al poder resultan
despreciables a la sociedad; pero todo aquello son suposiciones, se desconoce que la
realidad de los hechos vincule a la candidata demócrata. Se le hace creer al mundo que los
demócratas hacen las cosas mal, expanden una idea subversiva tal como ocurre en
Colombia, donde presuntamente la izquierda quiere llegar al poder a la fuerza o por las
armas. A un gobierno progresista no le convienen tales sucesos como tampoco una guerra
en Rusia, contemplar la pérdida de las figuras claves en estos modelos, cambia las mentes
de las sociedades en iguales condiciones pero en el tercer mundo. El ideal de
funcionamiento de un gobierno de izquierda subyace en quienes vemos que triunfan y
prosperan en otros lugares del mundo, si los vemos desestabilizarse, vemos las ideas caer.
Diferencias y Desafíos
Con el triunfo de Trump se avecinan cambios seguros en la política exterior, pero el triunfo
de Harris tampoco asegura un panorama confortable para el país. Colombia sigue siendo de
los aliados más fieles de Estados Unidos en la región, pero bajo la administración Petro se
ha buscado mayor independencia, acercándose a otros actores globales y regionales. Esto
podría generar fricciones, ya que Washington tradicionalmente ha esperado de Colombia
una alineación más cercana en sus prioridades geopolíticas. El desafío también reside en la
interpretación de los hechos y el lenguaje. Las palabras en esta contienda no solo informan,
sino que también tienen el poder de polarizar, unir o dividir a la gente según sus ideales,
hay un forcejeo por la opinión pública, pues en ella reside el poder.
¿Un nuevo rumbo para América Latina?
La cooperación entre ambas naciones podría ir más allá de la tradicional agenda de
seguridad y comercio, y enfocarse en temas de interés compartido para los gobiernos
progresistas e igualmente en temas con menos atención como migración ,alternativas
económicas al cultivo de coca, hasta un nuevo enfoque en la política de drogas. Esta
colaboración podría también inspirar a otros países a seguir modelos de desarrollo que
integren la justicia social y ambiental, dando paso a una posibilidad única de fortalecimiento
de las relaciones bilaterales que podría contribuir no solo al fortalecimiento de la relación
entre ambos países, sino a una visión renovada de la cooperación interamericana.
