La hoy Primera Dama de México aún tiene el apodo de “La Gaviota” luego de haber protagonizado la telenovela de Televisa Destilando Amor en 2007 que resultó ser la última de su carrera pues tres años después anuncia su retiro de la actuación tras su matrimonio con Enrique Peña Nieto. La telenovela en cuestión es la segunda versión –la primera fue Cuando Seas Mía de TV Azteca- mexicana de nuestra recordada Café con Aroma de Mujer que en 1994 escribió Fernando Gaitán, con nuestra respectiva gaviota Margarita Rosa de Francisco. Aquí un paralelo entre la colombiana y la mexicana.
Actualmente ambas realizan dramatizados para la web y han sido noticia por ello. La diferencia es que la colombiana es aclamada por su interpretación de La Ranga personaje que originalmente conoció en la película Paraíso Travel, pero que tras un trabajo de adaptación en el que ella misma ejerce como escritora y guionista logró trasladar al mundo de la comedia por medio de su propia serie web cuyos capítulos no superan los cinco minutos, lanzados semanalmente cada sábado. Por su parte, cuando la mexicana intentó hacer lo mismo en otro vídeo montado a youtube, su actuación recibió las peores críticas y ha sido objeto de infinitas burlas en el país azteca. Nadie cree que su trabajo como actriz en Televisa le haya dado ganancias hasta por $10 millones de dólares, superiores a algunas estrella de Hollywood.
En cuanto a estudios, de Angélica Rivera no es mucho lo que se encuentra salvo algunos comentarios según los cuales es egresada del CEA, escuela que forma a los actores de Televisa. Por su parte, Margarita Rosa estudió actuación en Madrid con Juan Carlos Corazza, reconocido maestro que ha formado a Javier Bardem, entre otros. Además, estudió música durante 4 años, de los cuales dos fueron en la Javeriana y los otros dos en la New World School of Arts de Miami; la colombiana generalmente acude a talleres y es muy inquieta académicamente hablando.
Angélica Rivera tiene tres hijas junto al productor José Alberto Castro con quien estuvo casada 14 años. El matrimonio se acabó en 2008 y dos años después se casa con el hoy presidente de su país, renunciando definitivamente a la actuación argumentando que lo hacía por amor, para dedicarse de lleno a su familia y apoyar el proyecto político de su esposo. Margarita Rosa de Francisco ha intentado más de una vez hacer florecer un matrimonio sin éxito alguno, por lo cual hoy simplemente tiene un feliz romance con un novio holandés desde hace cuatro años, a diferencia de su contraparte mexicana no tiene hijos pero es muy dada al círculo familiar compuesto por sus hermanos y sus padres, siendo Mercedes Baquero cómplice infaltable en cada uno de sus proyectos.
La diferencia está en que la colombiana concibe la vida sin una pareja más no sin la actuación y aunque no esté interesada en llegar a Hollywood, sí quiere experimentar como actriz accediendo únicamente a proyectos de alta calidad para poder crear personajes trabajados. El único punto en común es que ninguna de las dos gaviotas tiene intenciones de realizar una telenovela más, con la diferencia de que la colombiana las rechaza porque no las ve como proyectos que le permitan evolucionar como actriz. La mexicana por el contrario, tuvo una carrera en la que solamente una vez se arriesgó a dejar las telenovelas por hacer una película.
Otra abismal diferencia entre ambas gaviotas es que aunque solamente hay 4 años de diferencia entre la una y la otra han sobrellevado la edad de formas muy diferentes. Son muy evidentes las inyecciones de botox en el rostro de la mexicana, así como también los estiramientos y demás cirugías para atenuar las líneas de expresión (Inclusive, reconoció haberse practicado varias cirugías luego de su segundo embarazo); Angélica Rivera le da mucha importancia a su imagen al punto de que en su país ha sido duramente criticada por gastarse el equivalente a 14 millones de pesos colombianos en un vestido, así como también por llevarse a la China a su estilista personal en medio de la situación que vive su país.
Margarita Rosa de Francisco es una mujer que no le teme al paso de los años. Si bien es cierto que se preocupa por cuidar de su imagen no tiene problema en compartir una foto sin maquillaje. Su rostro denota ausencia de botox o cualquier otra cirugía para atenuar el paso natural de los años. Igualmente luce una esbelta figura con muy poca grasa producto de su adicción al ejercicio y su obsesión con la dieta sana, en la que no ingiere ningún tipo de alimento procesado, quesos ni panes, pero sí muchas nueces, fibra, pescado y verduras. Solamente hay que revisar su cuenta de Instagram para corroborarlo y comprobar la condición física de la que goza esta mujer a sus 49 años, siendo el ejercicio y la alimentación su fuente de la eterna juventud.
Siendo así, cada quien es libre de escoger con cual gaviota se queda, cada una puede resultar atractiva según los ojos de quien la mire pues no hay nada más subjetivo que el gusto. Sin embargo, bien sabido es aquello que dicen de que la copia nunca superará al original.
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