Varias veces durante la transmisión de la bienvenida a la Selección Colombia, Iván Lalinde y Linda Palma, presentadores de programas de concursos y realities de Caracol Televisión, con entonado acento dijeron que Colombia estaba unida entorno a ellos, pero lo que ignoraron es que los medios nacionales no lo estuvieron, por lo menos los únicos canales privados que Colombia tiene.
El comunicado de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) frente al cubrimiento de la prensa en este evento fue contundente. Entre otras cosas, dice que “dentro del Parque Simón Bolívar y dentro del aeropuerto El Dorado, Caracol Televisión es el único medio que puede hacer transmisión completa en vivo y en directo” y “los medios de comunicación podrán hacer pasos e informes cortos en cámara desde el parque, pero no podrán hacer transmisión en vivo”. Inmediatamente, RCN, en medio de la transmisión, escribió que fueron vetados alegando que la caravana y el homenaje a nuestros jugadores era un evento público. Ya habían pasado varios minutos del inicio de la transmisión, y mientras el rechazo a Caracol aumentaba en redes sociales, se autorizó el ingreso de una cámara de RCN al Parque Simón Bolívar.
Lo que muchos no saben es que esas fueron las reglas de juego. RCN Televisión tiene los derechos de transmisión del Reinado Nacional de Belleza y de los partidos del Fútbol Profesional Colombiano (FPC) por ser patrocinador oficial de ambos eventos, y Caracol Televisión los derechos para transmitir todo lo de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF) por actuar como su patrocinador. En este caso, los derechos legítimos los tenía Caracol. En la guerra diaria por el rating que libran todos los días Caracol y RCN, no hay espacio para la exclusividad en el sentimiento de unidad y patriotismo que sentimos hoy los colombianos.
Ahora bien, es debatible si los dos magnates de la televisión colombiana se debieron unir en la trasmisión de semejante evento, que no caló muy bien en buena parte de la población. Por lo menos, el debate está al rojo vivo en las redes sociales porque una buena mayoría de la gente sintió que fue un evento improvisado.
Esta polémica revive la importancia del tercer canal de televisión. El 9 de agosto de 2007, el Ministerio de Comunicaciones y la desaparecida y polémica Comisión Nacional de Televisión (CNTV) tomaron la decisión de romper con la hegemonía de los dos canales privados que tiene la televisión en Colombia, para abrirle paso a un tercero. En su momento, la CNTV argumentó sobre el tercer canal que una nueva alternativa no era un capricho, era necesario y fortalecería la producción de televisión en Colombia. Por eso la licitación se abrió en marzo de 2008 y el tercer canal debió arrancar a mediados del 2009. Inmediatamente, los presidentes de los canales privados que se reparten los miles de millones que reciben por la publicidad, que es un poco más del 80 por ciento de esa torta, pusieron el grito en el cielo y consideraron que la opción no era viable “porque atentaría directamente contra la calidad televisiva y la identidad cultural”.
“La licitación está para el 2008 porque sabíamos que generaría debate, lo que es saludable, para que todos sean escuchados”, afirmó el director de la CNTV, Ricardo Galán.
En ese momento sí vimos unidos a RCN y Caracol. Utilizaron todas las formas de lucha contra ese tercer competidor. Las estrategias fueron desde contratar a reconocidos abogados como Jaime Lombana y Néstor Humberto Martínez, quienes mostraron los vicios y problemas que, para ellos, le traerían a la calidad de televisión colombiana el surgimiento de una tercera alternativa, y segundo usaron la programación de sus noticieros para irse lanza en ristre contra la Comisión Nacional de Televisión y contra el Grupo Planeta, que era el más opcionado para ganar esa licitación. A este último le cuestionaron, sobre todo, su cercanía con el entonces presidente Álvaro Uribe.
Cabe preguntarse si los noticieros de Caracol y RCN, que son los principales medios de información de la población, y El Espectador, cuyos dueños son los mismos de Caracol, informaron con la suficiente neutralidad del caso o si en realidad querían, a como diera lugar, que el proceso de licitación no avanzara para favorecer los intereses de los dueños.
Al final, y después de tanta polémica, el Consejo de Estado suspendió la licitación del tercer canal. La Autoridad Nacional de Televisión (ANTV), que fue creada en el 2012 para remplazar a la CNTV y para decidir el rumbo de ese sector, no ha hecho mucho en este tema. Según expertos, las pequeñas empresas que no gozan de mucho presupuesto perdieron la oportunidad de pautar en el horario pre time de la pantalla chica y lo evidente es que los colombianos nos quedamos sin la oportunidad de ver contenido diferente a lo que nos ofrecen las únicas dos parrillas de televisión que hay en el país.
