Lo que más ofende del comportamiento de muchos de los políticos de este país es que suponen que el resto de colombianos somos idiotas. Y lo peor es que, con frecuencia, así lo parecemos por la autocensura, el temor y el poco espacio que deja esta democracia imperfecta para la oposición. La semana anterior, con cara de niño bueno, Enrique Peñalosa destapó sus cartas y se proclamó candidato a la Alcaldía de Bogotá, con el argumento oculto de que si todos, especialmente Rafael Pardo, se le unen, la izquierda no ganará nuevamente este segundo cargo de la Nación. Agrega, además, que se inscribirá por firmas pero que no descarta el apoyo de diversos partidos.
Primera pieza de este tinglado que repito, parte del supuesto de que somos idiotas. Claro que hay un partido detrás de esta candidatura, nada menos que Cambio Radical cuyo dueño absoluto es Germán Vargas Lleras, insólito vicepresidente que, en las narices de todos y del mismo presidente Santos, hace politiquería de la manera más descarada. Afirma Peñalosa que su candidatura será respaldada por firmas, ¡cómo no! Será por firmas de este Partido, porque detrás hay mucho más.
Segunda pieza. Esta candidatura peñalosista debería llamarse "Toma de Bogotá" y forma parte de la clara estrategia de Germán Vargas Lleras de asegurar, desde la Vicepresidencia, su llegada al máximo poder político del país. Capturada Bogotá, lo demás, como diríamos en la Costa, es 'mamey'.
Tercera pieza. Esta toma de Bogotá se complementa con la toma de la Región Caribe gracias a la familia Char que no solo tendrá la Alcaldía de Barranquilla, sino probablemente las gobernaciones del Atlántico, Guajira, Magdalena, porque ya tiene listo el control de Bolívar y los departamentos que faltan. Astuto Vargas Lleras, sin la menor duda, porque su porte de cachaco impotable lo baña con el poder político de los Char y, sobre todo, con su dinero. Ya hay noticias sobre la plata de los Char en el Chocó.
Cuarta pieza. Mientras se descubren otras de sus jugadas maestras, el inusual vicepresidente de Colombia sigue haciendo la más descarada campaña presidencial con billones de pesos de nosotros, los colombianos, para repartirlos en tres años con sus famosas 4G. En Bogotá enriquecerá a los de siempre y en las regiones consolidará a los gamonales.
Lo que hay detrás de la nueva candidatura de Enrique Peñalosa a la Alcaldía de Bogotá, quinta si no estoy mal de todas sus candidaturas, es la consolidación del proyecto político de Germán Vargas Lleras. Les importa poco la ciudad, porque hay una gran distancia entre las millonarias conferencias de Enrique en el exterior y la realidad del Transmilenio, que seguramente él justificará con las malas administraciones que siguieron a las de él. La pregunta que a todos nos ronda es si su apuesta a este sistema no habrá frenado algo que, sin duda, necesita Bogotá desde hace décadas, el metro.
Pero tampoco les importa mucho el país. ¿Se imaginan a un guerrerista como Vargas Lleras manejando el posconflicto con la ayuda del expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez y su bancada en el Congreso de la República? Será el nuevo capítulo de la historia de guerra de Colombia. Pero sinceramente, ¿quién se le puede medir a la próxima campaña presidencial cuando Vargas Lleras ha tenido toda la plata, todo el protagonismo nacional y seguramente local, con decisiones como la de la candidatura de Peñalosa? Se necesita ser un suicida para competir en esas condiciones. Presidente Santos, ¿cómo la ve? ¿No cree que es un golpe mortal para nuestra democracia? ¿No cree que es un mal precedente porque se asimila al 'dedazo' del PRI en México?
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Publicada originalmente 12 de mayo de 2015.