La señora ministra del interior, Nancy Patricia Gutiérrez, en entrevista con Yamid Amad para el Canal 1 la noche del 9 de julio, dejó traslucir, con un lenguaje a ratos ambiguo, la verdadera posición del gobierno de Iván Duque Márquez con relación al Acuerdo de Paz de La Habana y su cumplimiento. El pretexto, claro, la no comparecencia de Jesús Santrich ante la Corte Suprema de Justicia, de lo que concluye que las Farc no están cumpliendo lo firmado.
“…Los cuatro pilares de la justicia transicional y de los compromisos de las Farc con el país, verdad, justicia, reparación y no repetición, yo creo que se ha demorado todo el entramaje (sic) para darle al país a entender que se están cumpliendo esos cuatro principios… Realmente es una burla lo que se ha hecho con el país, y obviamente es muy triste, porque a quienes tenían grandes expectativas con estas personas, pues se les ha defraudado”.
La señora ministra no se está refiriendo específicamente a Santrich, sino a toda la organización que dejó las armas y se reincorporó a la vida civil, lo que sabíamos saldría a proclamar enseguida la extrema derecha. Para entonces debía ser conocedora de la declaración pública del partido Farc, en la cual se proclamaba sin ambages que el único responsable de lo sucedido era él, quien nunca consultó ni informó al partido o su dirección, esa, ni otras de sus decisiones.
Interrogada por el periodista si la no comparecencia de Santrich afecta al proceso de paz, responde, “Sí se afecta. Recordemos que más de la mitad del país no compartió la forma como se hizo la negociación. Sin embargo, los defensores en su momento, que han continuado dándole gabelas a la posibilidad de esa implementación, pues indiscutiblemente sufren un fracaso grande”. No habla del desaparecido, sino del fracaso de quienes defienden la implementación del Acuerdo.
Tras lo cual advierte, “El país tiene que continuar, el presidente Iván Duque, que hace grandes esfuerzos por decirle a Colombia que el interés del país está centrado en garantizar un crecimiento económico, que permita generar los ingresos suficientes para buscar la equidad que en últimas es el fin de este gobierno”. Al mejor estilo de su mentor Uribe cambia el tema. Hay que dejar de hablar del proceso de paz, lo importante son las políticas de equidad del presidente Duque.
Viejos ruidos de tonel vacío, “…aquí se ha requerido que el Estado recupere otra vez el control de la fuerza pública, que lleguen las fuerzas militares al territorio, y que se volque (sic) toda la institucionalidad, de la nación y las entidades territoriales, para garantizar que esos territorios tengan legalidad y que haya allí la posibilidad, el país necesita emprendimiento, crecimiento económico, para poder conseguir la equidad”.
Hasta que va donde quería, para lo cual aprovecha la pregunta de si las Farc abandonaron el narcotráfico, “Desde el principio también se conoció que había un vínculo entre las Farc y el narcotráfico. En ese momento se partió de la base de la necesidad del compromiso de no repetición de los delitos, y eso no se ha cumplido lamentablemente en su totalidad”. Las disidencias, Iván Márquez y Santrich le bastan para comprometer al nuevo partido.
La ministra, alegremente, confiere estatus de Farc
a los grupos que llaman disidentes,
algo que nadie más ha hecho
Como si este no hubiera dejado perfectamente claro en sendos comunicados públicos, el primero de los cuales, referido a Iván Márquez, generó incluso un gran revuelo nacional, que quien decida apartarse de los Acuerdos de La Habana y abandonar sus responsabilidades con el partido, debe asumir todas las consecuencias. La ministra, alegremente además, confiere estatus de Farc a los grupos que llaman disidentes, algo que nadie más ha hecho.
Resulta paradójico que el mismo día en que la ministra lanzó contra el partido Farc sus comentarios, el portal de internet Cuestión Pública hubiera dado a conocer un largo informe, titulado Una ministra con sangre de empresaria, en el que denuncia con evidencias, cómo Nancy Patricia Gutiérrez y su esposo Miguel Germán Rueda, mediante un entramado de fundaciones y empresas, vienen violando la ley y enriqueciéndose a costa de su posición pública.
El informe deja muy claro para qué sirven el poder y las influencias en este país, además de evidenciar la verdadera condición personal y política de personajes que posan ante los medios como ejemplos de rectitud moral. De paso nos explican por qué el gobierno nacional deja hundir proyectos como la ley anticorrupción.
Finalmente sirve para entender por qué un sector probadamente corrupto enquistado en el poder, se empeña en engrandecer ciertas noticias. El día que Santrich no fue a la Corte asesinaron dos exguerrilleros más en el Cauca, lo cual poco importó. Y se publicó el informe mencionado, que quizás pasó desapercibido también. Se entiende por qué quieren anular la paz y eternizar el conflicto armado.