Hace unas semanas, Luis Higuera Malaver, un abogado destacado en la Contraloría, exprisionero político y quien fuera parte del equipo de empalme del gobierno Petro en el sector de agricultura, presentó su renuncia protocolaria como presidente de la Agencia de desarrollo rural solicitada por la recién llegada ministra Martha Carvajalino.
Llegó al cargo nombrado por Jhenifer Mojica pero nunca pensó, dados sus buen trabajo en una entidad que en anteriores gobiernos se caracterizó por su ineficiencia, la ministra le fuera a a aceptar la renuncia. Pero sucedió. Y quedó en evidencia un verdadero juego de tronos que involucra a funcionarios y contratistas tanto de la Agencia como del ministerio.
Alrededor de la salida de Higuera pueden tejerse dos teorías: la primera, su antigua militancia en el ELN que podría haber hecho creer a la Ministra Carvajalino, de línea comunista, que Higuera solo aprobaba proyectos de desarrollo para sectores afines a los elenos. Algo que desmienten varios funcionarios considerando que todos los proyectos formulados y en proceso de implementación involucran a todos los sectores sociales; por lo demás, Higuera dejó en claro su amplitud política al involucrar a varios firmantes de la paz (de origen comunista) en su equipo de trabajo.
La segunda, mucho más delicada, es que se trataría de un complot orquestado por antiguos funcionarios quienes se habrían ocupado de desinformar a Carvajalino de los logros de Higuera, generando una desconfianza hacia el abogado Petrista con lo cual obstaculizaron la continuidad y por el contrario permitiendo que un viejo grupo de contratistas enquistados siguieran manejando la entidad, control sobre la contratación para la implementación de los Proyectos Integrales de Desarrollo Agropecuario y Rural – PIDAR,
En la red de contratistas hay personas con cargos tanto del ministerio de Agricultura como de la Agencia de Desarrollo Rural, que se habría propuesto desacreditar frente a la nueva administración la gestión del saliente director. Esta red estaría encabezada por la anterior Viceministra de asuntos agropecuarios, Aura Duarte, veterana contratista del sector agropecuario sobreviviente con varios ministros en distintos gobiernos.
Dice su perfil de Linkedin que Duarte habría sido contratada por el Ministerio desde 2011 hasta el 2015 en el gobierno Santos; después de un paréntesis con Duque, regresó con el gobierno Petro.
Tuvo contratos con Corpoica, Parques Nacionales y en el IICA, esta última entidad de donde habría sido presentada al Progresismo por Mario Moreno, el actual vicepresidente de la Agencia.
Duarte no es del corazón de la izquierda, ni es una activista del Progresismo como generalmente lo son quienes ocupan estos altos cargos: La vinculó la exministra Mojica, quien la nombró viceministra igual que a Martha Carvajalino, quien duró pocos meses en el cargo, pero fue esta la ocasión para entablar una amistad que les permitió reencontrarse a pesar de tener una orientación política totalmente opuesta, como reconocen sus colegas: “Ella es claramente una mujer de derecha, yo no sé cómo hizo para convertirse en asesora de la ministra Carvajalino”.
Puede interesarle también: La minagricultura Jhenifer Mojica se quedó sola y sin equipo directivo
Aura Duarte logró colocar a su hermana Luz Mery Duarte en la Agencia de desarrollo rural, un gesto de Higuera por propia solicitud de la entonces viceministra Aura Duarte. Aunque Higuera se propuso renovar buena parte del equipo, se le colaron varios contratistas de la vieja guarda con rumores de corrupción en el manejo de recursos. En este escenario se menciona también a Johana Polanco, se habría granjeado la confianza del vicepresidente Mario Moreno, quien la ha empoderado a pesar de los reparos de Higuera, quien reconocía en ella vínculos con el Uribismo.
Con la salida de Higuera, Polanco quedó con un rol importante definiendo el futuro de la estructuración e implementación de los Proyectos Integrales de Desarrollo Agropecuario y Rural – PIDAR. Al parecer y contrariando la directiva de Higuera de no firmar contratos simultáneamente con varias entidades del Estado, Johana Polanco estaría vinculada a la Agencia de desarrollo rural y también a Parques Nacionales como aparece en la plataforma SECOP.
La cuarta mujer de esta red de contratistas enquistadas enel sector agropecaio seria Liz García, cercana al gobierno Duque, habría entrado a la entidad desde 2020, también con doble contrato con la Agencia para la Reincorporación Nacional. Está empoderada con manejo en la implementación de muchos proyectos sin una claridad sobre la transparencia en su trabajo. Así lo menciona una persona quien la conoce y pide proteger su identidad:
“Es terrible, siempre manifesté que debían sacarla porque direccionaba las compras en los comités locales (…). Ella se gana a punta de discurso a todo mundo, pero es mañosa, y manipula la información. Ella siempre manipuló a la comunidad y por eso se peleaba para que le dejaran la supervisión de varios convenios. Lo evidenciamos con unos compañeros de trabajo en unos informes para la contraloría, porque cuando los leímos esos informes ella decía “esto lo ajusto”, es decir modificaba los informes.
Aquí en la ADR le tienen miedo. ”Este grupo de mujeres en el que las hermanas Duarte pesan, consolidó un equipo cerrado de antiguos contratistas en todas las dependencias, contrarios al proyecto del presidente Petro, que se ocupan de desprestigiar el trabajo de colegas funcionarios como lo hicieron con Higuera y varios integrantes de su equipo.
Los buenos resultados en una entidad que estaba condenada a ser el bastión de los politiqueros en las regiones, pueden irse al traste y con la llegada del cuestionado dirigente de Dignidad Agropecuaria, Cesar Pachón, que puede terminar atrapado por la trinca de las cuatro poderosas contratistas, no se le augura buen futuro a la Agencia de Desarrollo Rural, clave en la estrategia de reforma agraria y reactivación del campo del gobierno Petro.