El caso del barrio La Macarena no es sencillo. Al norte limita con La Perseverancia, un barrio de clase trabajadora donde las autoridades hace décadas perdieron el control del orden. Al Suroriente, la Avenida Circunvalar le separa de La Paz, un barrio de invasión donde la prestación de servicios públicos es regular y la Policía ni quiera se anima a aparecer para ejercer 'soberanía'. Ambos sectores, con altos índices de pobreza, han registrado un aumento reciente en las actividades delictivas que internamente se presenta a modo de riñas y luchas de poder sobre el territorio y el tráfico de drogas, y hacia afuera se refleja en el aumento de hurtos en el sector de La Macarena y Las Aguas.
¿Qué hacer con la inseguridad en el centro de Bogotá?
El diálogo ciudadano y los acuerdos barriales son iniciativas que se pueden aprovechar
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La conclusión del artículo es la preocupación del teniente-coronel Óscar Velasco, comandante de la Estación de Policía de Santa Fe -recién inaugurada el 16 de septiembre en La Macarena-, acerca de la reticencia de los vecinos a denunciar ante la Fuerza Pública o la Físcalía cuando son victimizados, sino ante los medios de comunicación. Y cómo no va a ser preocupante si lo que indica es la síntesis de lo que dijo hace un par de meses la encuesta de percepción y victimización de la Cámara de Comercio: que no hay confianza en la acción policial. Esa falta de confianza se agrava por la vinculación de personal de la Policía con bandas delincuenciales, reconocida por el mismo General Guatibonza en el debate citado por la concejal Verde Lucia Bastidas.
¿Qué hacer? El Plan Cuadrante fue funcional mientras la Policía Metropolitana se concentró en su aplicación. A partir de eso, no se han repetido acciones para acercar la policía a los vecindarios tanto en La Macarena como en los aledañosPerseverancia, La Paz y Aguas. Hay que retomarlo. Las autoridades civiles deben comprometerse con el control de la acción de la Fuerza Pública y auditar la labor policial en los barrios. La recepción de denuncias debe hacerse en los CAI más cercanos y deben agilizarse los procesos. El diálogo ciudadano y los acuerdos barriales, por seguridad, son una idea que puede experimentarse. Pero todas esas acciones requieren de compromiso de las comunidades, la voluntad de las autoridades civiles y de la fuerza pública. Y ésta ultima, la Policía, debe entender su deber como un servicio público y no como un ejercicio de mando sobre la población, porque allí es donde comienza la corrupción.
@Ramirezangel_