La llegada masiva de venezolanos a territorio colombiano, especialmente a la capital, ha traído consigo varios problemas y dolores de cabeza tanto a ciudadanos como al gobierno local.
Este gran flujo de emigrantes es justificable desde una condición humana si se echa un vistazo a territorio vecino y se observa cómo una dictadura, instaurada por el propio gobierno, busca beneficiarse a sí misma colocando de carnada y sometiendo a los de abajo, es decir, al pueblo.
Sin embargo, ¿Colombia estaba preparada para afrontar la desbordada llegada de emigrantes al país? A decir verdad, no, pues un territorio como este que batalla contra sí, y que a duras penas se "preocupa" y "ocupa" de los suyos no contaba con espacio para tanta gente ni garantías para todos ellos. No obstante, en las principales capitales ya es común toparse y convivir con ellos, de modo que en los diferentes ámbitos ha comenzado una competencia para lograr un fin necesario por el ser humano, subsistir.
La poca regulación y control por parte de las autoridades colombianas para generar un análisis riguroso de las personas que ingresan al país ha provocado que muchos de ellos al estar aquí no cuenten con los requisitos necesarios para laborar dentro de un plano legal y que en consecuencia se hayan incrementado de forma descomunal las ventas informales por todo el territorio colombiano, generando invasión del espacio público e inconvenientes con los ciudadanos que también se dedican a las ventas informales.
La criminalidad por parte de emigrantes es otro punto que atacó a Colombia, la invasión de terrenos para la construcción de viviendas improvisadas ha tomado gran fuerza y es por eso que todo este entorno y factores que golpean al país en este momento hacen reflexionar de cara al futuro, a tal modo de llegar a pensar que problemas nos puede deparar tiempo después.
La lucha de colombianos contra venezolanos en el ámbito, profesional, laboral, comercial y demás cada vez va en aumento, es por esto que al llegar aquí los inmigrantes —al Colombia ser una patria hermana y cercana con Venezuela— pueden crear un sentido de pertenencia por el sector en el que habitan y subsisten, dejando así su estigma de extranjeros y creando un pensamiento conjunto de lucha de igual a igual con el sector colombiano con el único fin de sobrevivir, progresar y alejarse del infierno llamado Nicolás Maduro.