Una mañana cualquiera, de manera imprevista, haciendo zapping en YouTube, observé un video que me llamó inesperadamente la atención. Aparece Radamel Falcao García, celebrando su título de campeón con el Mónaco, en la Liga Francesa de fútbol. Ahí se observa al jugador con su señor padre, esposa y sus dos hijas, una de las cuales sostiene en sus brazos.
Al observar las imágenes, empecé a escuchar las palabras que expresaba el jugador y sus gestos. Créanme, que me conmovió lo que vi, y me conmovió tanto que me animé a escribir algo sobre este buen ser humano.
Falcao García desde muy joven se destacó en el fútbol internacional. Se convirtió a muy temprana edad en figura en uno de los dos equipos insignes de fútbol de Argentina, el River Plate. De ese equipo fue estrella y su actuación magistral lo catapultó al fútbol europeo.
En Europa, sobresalió como fulminante delantero. En los equipos donde estuvo fue figura, lo que obligó su convocatoria a la Selección Nacional.
Como seleccionado, rápidamente se convirtió en líder e insigne representante colombiano, rompiendo el arco de los contrarios de turno y el récord como goleador nacional. Para el mundial de Brasil, estaba llamado a su consagración mundial, pero una extraña e inesperada lesión lo obligó a mirar los partidos desde la tribuna, frustando su actuación mundialista.
Esa lesión inesperada, lo devaluó como jugador y dio pie a que muchos, dentro de los cuales me incluyo, lo condenaran al ostracismo y lo catalogaran como ex jugador. Pero él, cuál ave fénix, a punta de fe, constancia, trabajo, perseverancia, disciplina, confianza y permanencia, se rehabilitó, y en el Mónaco, de Francia, se fue encontrando poco a poco, con su reconocido talento y olfato goleador, al punto que terminó convertido en brillante goleador, figura y campeón de la liga, en cuya celebración lo observamos en esa imagen.
Falcao es un ser humano extraordinario. Cristiano devoto, ha sido un deportista que se ha caracterizado por su disciplina, educación, formalidad y por la entrega a su familia. No se conoce de el ningún tipo de escándalo. Nunca se le ha visto consumiendo licor, tabaco o droga alguna. Es un caso completamente atípico en el
Fútbol y la vida. Con todo su dinero, éxito, fama, exposición pública, siempre conserva el mismo semblante, su misma educación. Siempre se le observa acompañado de su esposa, de sus hijas y a veces con su padre. Siempre dando gracias a Dios por todo, por lo bueno y por lo malo. Su fe, a pesar de sus constantes lesiones, nunca se ha debilitado, nunca se ha resquebrajado. Siempre con Dios por delante.
El comportamiento de este joven, debe ser paradigma para sus pares. Antes que deportista, debe estar el ser humano. Esto es posible y Radamel Falcao García es prueba de ello, porque este muchacho, es un buen ser humano.
Nota: Ha salido en la prensa una noticia relacionada con la presunta evasión de impuestos en la que habría incurrido Radamel Falcao en Europa. Él ha dicho que todo este enredo o confusión es culpa exclusiva de su representante o agente, un señor de apellido Mendes, que es agente además del gran Cristiano Ronaldo, también envuelto en un lío semejante. Este señor Mendes, como que se las sabe todas y es un tipo extremadamente hábil, sagaz y aparentemente un avivato y un pícaro. Yo le creo cien por ciento a Radamel Falcao García y no dudo de su buen proceder y de su buena fe, porque vuelvo e insisto, este señor para quien escribe es un buen ser humano.