CON CIERTA REGULARIDAD LOS QUE NOS CONSIDERAMOS "creadores de opinión" amanecemos con el "síndrome de la hoja en blanco" ¡Es algo normal! Esta afectación pasajera se experimenta de forma periódica y consiste en la ansiedad o bloqueo mental que impide enfrentar la pantalla del computador o la hoja de papel que tenemos a disposición y así comenzar a escribir una columna de opinión o cualquier otro tipo escrito.
"¿Qué estás pensando?"
Es lo primero que me pregunta la página de Facebook al abrirla en su sección de publicaciones. En el momento, no existe respuesta a la pregunta, pues el atasco continúa.
Con la inoportuna obstrucción mental no fluyen las ideas, quedamos aislados, los temas se escapan, la incomunicación persiste, la mente se nubla y cierta frustración nos invade. Poco a poco y, de manera inesperada, Aladino brota de la maravillosa lámpara donde se encontraba confinado y nos conduce con su generosa mano a la creatividad deseada.
¿Que estas pensando?
Me pregunta de nuevo "el Face".
Lo más fácil sería mirar para otro lado y no pensar en nada. Ejercer el común oportunismo de no comprometerse y posar de neutral es algo inocuo. Siendo neutro se evita los incomodos riesgos, pero no hay mayor riesgo que no pensar nada. Así las cosas, no voy a dejar que los tóxicos y sesgados noticieros piensen por mi. Hoy la situación amerita salir del clóset que confina la neutralidad, tomar claro partido y participar en la búsqueda de soluciones.
¿Que estas pensando?
Y pensándolo bien, Santiago de Cali esta resurgiendo.
El atraso era evidente, nos estaban dejando atrás ciudades como Medellín, Barranquilla e incluso Bucaramanga. Estas ciudades capitales han tomado un auge inusitado. Nos quedamos atrás, relegados y conformes con el valioso pero insuficiente título de capital mundial de la salsa. Algunas Mega-obras se han realizado, en administraciones pasadas, pero el desarrollo urbanístico se quedó en la obsolescencia: un sector tan representativo como el centro de Cali urge su recuperación.
Después de ser Santiago de Cali la capital deportiva de América y la capital cívica por excelencia, la ciudad vivió décadas perdidas. Cali se convirtió en una ciudad atomizada por el estigma que nos generó el narcotráfico. El auge narco desde los años 70's, se convirtió para los Caleños en un trauma fundacional que parecía imposible de superar.
Hoy Cali renace, hoy comienza la resurrección con un evento de talla universal: La COP-16.
Nuestra ciudad no se le referenciaba por la calidez y simpatía de sus gentes, si no, por el nefario narcotráfico y el liderazgo dañino de sus carteles en el oscuro negocio de la droga. La ciudad permanecía estancada, en el ostracismo, el último evento de gran importancia había sido los Vl Juegos Panamericanos de 1971.
Ante tal marginalidad, desempleo, falta de oportunidades, el fenómeno social se convirtió en una bomba de tiempo, especialmente en zonas de laderas y en los barrios del oriente Caleño
La frustración social acumulada obligó a Cali ser protagonista de la resistencia a nivel nacional. Y se dio, lo que tenía que darse, cuando desde el mismo estado se propugna por la desigualdad: el llamado estallido social cuya génesis fue la diabólica reforma tributaria de Carrasquilla ministro de hacienda y crédito público del gobierno Duque.
La juventud marginada lanzo un grito herido de inconformidad social, que se regó por todo Colombia y obligo a las alternativas de poder para el 2022, plantear un urgente cambio en la política. Con un mandato popular de once millones y medio de votos ganó el programa que ofrecía preservar la vida y la paz con la naturaleza, por encima de cualquier opción represiva y la prolongación de la sempiterna guerra y la violencia endémica.
Hoy Cali es recompensada y gana notoriedad. La dinámica de los hechos y el tema mundial del cambio climático, la preservación de la selva Amazónica como pulmón planetario, la transición a energías limpias, el no al fracking, el cambio de mentalidad de la economía extractivista, son temas que arrollaron a la ultraderecha Colombiana y por ende al gobierno local y Deptal. La fuerza de los hechos superaron a una evidente mentalidad anquilosada y conservadurista, que por conveniencia u oportunismo les tocó adherir con pragmatismo político. La inteligencia se mide en la capacidad de adaptabilidad a los cambios a la practicidad y a la
Realpolitik. Mi abuela Petrona Oliveros acuñó la frase precisa que cae como anillo al dedo: "a la tierra que fueres haz lo que vieres".
El hecho significativo y plausible que el alcalde Alejandro Eder y la gobernadora Dilian Francisca Toro se adhieran con entusiasmo a esta noble causa, no nos hace perder de vista, quien es el auténtico precursor de esta temática y por quien fue adjudicado este Magno evento para la ciudad de Cali, llamado COP-16. Indudablemente el cambio es un hecho tangible.