Muy atrás quedaron las épocas en que pagar un pasaje y recorrer toda la ciudad en bus era considerado plan perfecto para un domingo si no había más nada que hacer. Hoy día si usted está aburrido en su casa un fin de semana y no tiene con quien salir o está lloviendo, pues mejor siga aburriéndose plácidamente en la comodidad de su casa, pues si piensa abordar el sistema para dar vueltas por la ciudad debe estar dispuesto a lidiar con cuanto indigente se monte al bus a pedir limosna.
Así mismo, entre semana, viajar en Transmilenio es toda una experiencia que pone a prueba su paciencia, o bien su capacidad de resistencia, pues usted debe decidir si está dispuesto a montarse en un bus con la cara aplastada al vidrio o si quiere ir un poco más cómodo y puede esperar a que pase alguno en dónde al menos se pueda respirar, así le toque hacer varios trasbordos para llegar a su estación de destino. Si usted utiliza el sistema como parte de su rutina diaria, a las mismas horas todos los días, es muy posible que en este punto ya reconozca a varios de los vendedores o “artistas” que se montan al mismo; tal cual usted va a su oficina a trabajar, ellos laboran naturalmente en su plazoleta de mercado.
En estas condiciones, cualquier cosa puede suceder en Transmilenio; ya nada sorprende. El pasado lunes, dos hechos insólitos tuvieron lugar en el tradicional sistema de transporte de Bogotá. El primero fue la muerte de un bebé de tan solo 39 días de nacido luego de un viaje en Transmilenio. Según los padres del menor la muerte ocurrió por causa de un fuerte golpe que recibió la madre mientras sostenía al bebé en sus brazos haciendo la fila en el portal del tunal, causado por un individuo de aproximadamente unos cincuenta años en su afán por abordar al bus.
Posteriormente, los padres notaron que el bebé sangraba por la nariz y se puso pálido. Murió dos horas después en la Clínica Méderi a dónde se dirigían por motivo del tercer control médico que recibiría el niño. Sin embargo, medicina legal determinó que la muerte del niño se debió a una enfermedad que ya tenía, aparte de que pesaba muy poco para su edad, lo cual contrasta con la versión del padre quien dice que pese a haber nacido con siete meses y ser un niño canguro, gozaba de muy buena salud.
Por otra parte, ese mismo día en las oficinas del portal de la 80, un arma portada por un policía se disparó accidentalmente luego de que cayera al piso cuando éste se ponía una chaqueta. La bala fue a dar en la mochila de uno de los usuarios, mientras otro resultó lastimado por el roce de ella. El uniformado responsable del arma deberá afrontar un proceso disciplinario, penal y administrativo por el mal uso que le habrá dado al artefacto.
Paralelamente a estos hechos, el grupo de policías vestidas de civiles en el sistema reportan la captura de 31 hombres hasta la fecha, desde la fecha de lanzamiento del polémico grupo el pasado 28 de julio. No es muy descabellado considerar un viaje en Transmilenio como una experiencia -desagradablemente- erótica, si tenemos en cuenta que en medio de los tumultos, hasta los hombres se ven vulnerados en su intimidad.
En teoría, rapidez y funcionalidad son las principales razones por las que infinidad de usuarios utilizan el sistema diariamente, aunque con cada viaje –especialmente a las 6 de la tarde- quede claro que el mismo está al borde del colapso y que ya casi no alcanza a satisfacer las necesidades que debería suplir. Aquí, una simple propuesta del profesor Guillermo Ramírez que explica detalladamente por qué esto está pasando y propone posibles soluciones.
-@enriquecart
