Como ciudadano común espero a un compatriota civil como yo, a quien hemos investido de autoridad, uniformado de tal forma que sea fácilmente identificable con, nombre o apellido y un número individual. Como su labor será mi protección, espero que disponga de preparación militar y conocimiento de derechos humanos que le permitan ofrecerme la combinación de firmeza y humanidad, y garanticen un trato digno hacia mí y hacia quienes me rodean.
Si por algún motivo debo atenderle un requerimiento, me gustaría poder decirle: Agente Fulano (nombre o apellido visible), ¿cuál es el motivo de su requerimiento? Con una explicación clara y respetuosa, me comprometo a dar una respuesta de igual forma. Considero, de esta forma, me sentiría completamente respaldado y evitaría ser tratado como sospechoso o delincuente, porque entiendo que, en su labor de seguridad, la sospecha de delincuencia es comprensible.
Aprovechando los actuales avances de la tecnología, debería existir un procedimiento reglamentado y conocido por todos para que, tanto él como yo, pudiéramos grabar audio y vídeo del requerimiento solicitado por el señor agente de policía; la coincidencia de las grabaciones respaldarían la transparencia de la intervención.
De toda la vida he esperado una reglamentación, de conocimiento público, acerca de las intervenciones de aquella policía, que por las condiciones actuales de seguridad, deben trabajar de civil utilizando carros particulares. En las protestas del pasado 21 de noviembre se anunció por parte de las autoridades la existencia de este tipo de policía, pero nos quedaron debiendo la reglamentación para este tipo de procedimientos.