Esta tendencia está siendo adoptada por Millennials y la generación Z denominándose: “Quiet quitting” o “silent quitting” en español renuncia silenciosa. ¿Renunciar al trabajo?
Quienes lo practican buscan alejarse del estrés laboral, separar su vida personal de las cargas ejecutivas y conservar la salud mental; Sin embargo, algunos empleadores tildan a quienes lo practican como desobligados.
En décadas pasadas los empleados se especializaban en tareas y actividades puntuales, que desarrollaban por años; actualmente, la exigencia es mayor y esconde la carga de trabajo, nombrando ciertos perfiles como multitasking; en los portales de empleo se puede ver la larga lista de exigencias en los perfiles.
Incluso convocatorias tan sínicas, en las que piden maestría para ocupar un puesto donde la remuneración es solo un poco más del salario mínimo. ¿Esto podría llevarlos a renunciar al trabajo?
La productividad y la competencia entre empleados es cada vez más fuerte; pero paradójicamente la recompensa por el trabajo bien hecho es menor.
Los ascensos laborales escasean en las empresas, prefiriendo vincular nuevos empleados que subir de escalafón a sus colaboradores que cuentan con antigüedad o conocimientos.
Algunos apasionados se convierten en adictos al trabajo, siendo personas con alta motivación; intentan poner un peso más sobre la balanza, sin pensar por un momento renunciar al trabajo.
Se quedan noches sin dormir, asumen más trabajo, se ofrecen para realizar actividades que otros no quieren y estudian frecuentemente cómo mejorar.
Esto lo hacen por la promesa intrínseca de que si trabajas duro serás recompensado:
“Sacrifícate por la empresa y se te recompensará”
Los trabajadores que dan todo de sí y no cuentan con remuneraciones o acciones compensatorias llegan a un estado denominado burnout, también llamado síndrome de desgaste profesional o síndrome de estar quemado, esto como respuesta del empleado al percibir la diferencia existente entre sus ideales y la realidad de su vida.
La salud mental en este punto se quebranta, el estrés, la ansiedad y la depresión toman su lugar; ante la decepción, los antes adictos al trabajo despiertan, percibiendo de manera cruda que regalar horas, días y hasta años de su vida no conllevan a la expectativa de crecimiento económico o de reconocimiento, pero aún así se quedan ese estado silencioso sin renunciar al trabajo del todo.
Terminan comprendiendo que dar un poco más de sí y mantener una conducta de apropiación en su trabajo solo trae consecuencias, físicas, mentales, sociales, familiares y es en este punto donde adoptan una postura de menor esfuerzo.
Dejan de ser individuos propositivos y proactivos para realizar estrictamente las tareas que implica su contrato laboral, inclinándose así a la práctica del “Quiet quitting”, perdiendo las expectativas de crecimiento y el temor al despido.
La pandemia dejó la enseñanza de que no necesitamos estar 8 horas en una oficina para cumplir con las tareas; asistir a las centrales laborales quitan horas en la movilidad, sobre todo en las principales ciudades que se enfrentan a colapsos vehiculares, a diferencia del teletrabajo ejecutado por personas responsables quienes con 4 horas laborares diarias, resuelven con mayor eficiencia sus tareas.
Entre las malas prácticas de algunos empleadores o jefes se encuentran evitar los reconocimientos, los llamados de atención en público y las amenazas frecuentemente de despido, violando los derechos de los subalternos.
“Un buen jefe felicita en público y corrige en privado”
Como identificar un mal jefe:
- Evita los reconocimientos
- Asigna tareas innecesarias y en tiempos muy cortos de ejecución
- Realiza llamados de atención en público, en nuestra época es muy frecuente en los grupos de WhatsApp
- Amenaza frecuentemente con el despido
- Cuestiona y subestima el conocimiento de los empleados
- Asigna un rol de poder a sus amigos, sobre sus compañeros
- Cambia frecuentemente las condiciones laborales
- Se dejar llevar por rumores o comentarios
- Solo reúne a su equipo para reprimendas
Es aquí donde el salario emocional debe ser implementado, este según la Asociación Española para la Calidad, consiste en retribuciones no económicas, satisfaciendo las necesidades familiares, profesionales, personales; fomentando la conciliación laboral.
Los reconocimientos, felicitaciones y un ambiente laboral adecuado, construye un equipo de trabajo productivo, que se enamora de su labor; los horarios flexibles y la distribución eficiente de las actividades entre todos los miembros de quipo, evitará que los colaboradores presenten problemas de salud física y mental; esto como camino para alejarlos de la renuncia silenciosa o de renunciar al trabajo.
6 tips que te dicen que renuncias silenciosamente:
- No te ofreces para hacerte cargo de nuevas tareas y evitas dar nuevas ideas
- Evades hablar con tus jefes
- Sientes frecuente desmotivación antes de irte a trabajar y esperas con ansias la hora de salida
- Estas abierto a nuevas ofertas laborales
- Sientes que no te pagan lo suficiente y que tu trabajo no merece un esfuerzo extra
- Procrastinas demasiado realizar tu trabajo y dejaste de disfrutarlo
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